Dos ladrones británicos alojados en un hotel de Magaluf se colaron a través de la terraza en la habitación contigua. Allí se alojaba un agente de élite de la Guardia Civil desplazado a Mallorca como refuerzo en la campaña estival. Los delincuentes le sustrajeron el arma reglamentaria y huyeron con ella. Uno de ellos fue detenido poco después y la pistola fue recuperada. Estaba enterrada en la arena de la playa, en las proximidades de una zona de juegos infantiles. El compinche consiguió darse a la fuga.

Los hechos ocurrieron la noche del miércoles. Dos jóvenes británico, procedentes de Liverpool, se alojaban en un hotel de Magaluf y se percataron de que una habitación de al lado estaba vacía. Allí se alojaba un miembro del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), una unida de elite de la Guardia Civil.

Los delincuentes no encontraron objetos de valor en la estancia. Tras forzar la caja fuerte, los ladrones se toparon con una pistola en el interior y huyeron con ella.

Cuando el agente del GRS regresó a su habitación, se percató de que le habían sustraído el arma y denunció lo ocurrido. Un nutrido dispositivo de la Guardia Civil se movilizó de inmediato por Magaluf con la prioridad absoluta de recuperar la pistola y detener a los ladrones.

Efectivos de la Policía Local de Calvià también actuaron en esta localidad turística con la intención de prestar apoyo a los investigadores, por si era necesario regular el tráfico en la zona.

Los investigadores se centraron en analizar en detalle la grabación de las cámaras de videovigilancia del establecimiento hotelero con la intención de identificar a los ladrones. Una vez desvelada su identidad se comprobó que se alojaban en el mismo hotel.

Un espectacular despliegue del Instituto Armado tuvo lugar a primera hora de la mañana en el concurrido núcleo turístico de Calvià. Con la imagen de los sospechosos en su poder, los agentes se movilizaron por el lugar.

Uno de los presuntos autores del robo de la pistola en la habitación del Guardia Civil no tardó en ser localizado. Los agentes le interrogaron para que les indicara la localización del arma sustraída.

Confesión del delito

El joven británico, finalmente, reconoció su participación en el robo en el hotel y condujo a los investigadores hacia el lugar donde habían escondido la pistola. El arma reglamentaria del agente de elite la habían enterrado bajo la arena de la playa. Lo que más llamó la atención de los guardias civiles es que habían escogido las proximidades de una zona de juegos infantiles como escondrijo.

Una vez desenterrada la pistola, el ladrón fue conducido a su apartamento para participar en el registro. Una comisión del juzgado de guardia asistió a esta diligencia. A continuación, el sujeto fue conducido al calabozo. Los agentes confían en detener al otro delincuente británico implicado en el robo del arma en las próximas horas.