­Las autoridades británicas se han interesado por el caso del recluso de Gran Bretaña que denunció haber sido agredido por seis funcionarios del centro penitenciario de Palma cuando se hallaba interno en aislamiento. El preso, que cumple una condena de tres años de cárcel por un delito contra la salud pública por tráfico de drogas, sufrió heridas en el rostro y la cabeza y él las atribuyó a los golpes recibidos por parte de los empleados de la prisión. De hecho, el parte del médico del centro penitenciario recoge lesiones como contusiones en ambas regiones malares y frontociliar derecha, hematoma parietal derecho y eritemas en zona dorsolumbar.

El cónsul británico en la isla ha mostrado su preocupación por el caso y se ha interesado por el estado del hombre, que ya lleva un año y medio encarcelado. Según la versión del afectado, los hechos ocurrieron el jueves de la semana pasada. A raíz de la agresión sufrida, el recluso fue derivado al hospital de Son Llàtzer. También ha sido explorado por un forense en los juzgados de Vía Alemania, tras ser excarcelado el pasado martes por la tarde. Fuentes cercanas al caso apuntaron que se trata de un interno conflictivo al que hubo que reducir después de que rompiera a patadas unos cristales.