La declaración de la hermana de la víctima de la supuesta agresión sexual cometida por su padrastro sobre ella acarreó una reveladora sorpresa. Durante su testimonio en la Audiencia, la testigo se mostró reticente a aceptar la versión aportada por la denunciante. "Yo soy de hechos, no de palabras", subrayó. Sin embargo, a medida que fue avanzando el interrogatorio, salió a relucir que ella misma habría sufrido un supuesto abuso sexual a manos del entonces compañero sentimental de su madre.

"Cuando tenía 11 o 12 años, mi padrastro me dijo que tenía que adivinar los objetos que me ponía delante con los ojos vendados", indicó. Uno de estos 'objetos' despertó sus sospechas. "Al tocarlo pensé que era una vela, luego me di cuenta de que no era así, subrayó. "¿Era un pene?", le preguntó el fiscal. Ella contestó con un lacónico "sí". No obstante, a partir de este momento comenzó a llorar desconsoladamente. La impertérrita testigo hizo patente su vulnerabilidad tras estos hechos. Solo encontró consuelo tras su testimonio en los brazos de su madre, que la abrazó afectuosamente hasta que las lágrimas dejaron de brotar de sus ojos.