Un transportista, usuario habitual de la línea entre Palma y Valencia que cubría el Sorrento, propiedad de la naviera italiana Grimaldi y operado por Acciona, manifestó a los investigadores de la Guardia Civil que en fechas anteriores al incendio del buque había un problema con el circuito eléctrico del barco. Según su versión, las mangueras de conexión que alimentaban a los caminones frigoríficos daban problemas en días determinados.
El testigo detalló que no podían conectar sus vehículos frigoríficos por ejemplo durante los días de lluvia y los posteriores porque las mangueras que les suministraban la electricidad se recalentaban.
Así pues, el camionero indicó a los agentes del Instituto Armado que durante esas jornadas no les quedaba más remedio que viajar en la embarcación de 186 metros de eslora con los motores en marcha de sus vehículos, para que la carga que transportaban no se echara a perder. El testigo se quejó de que esta situación les suponía un gasto añadido.
La Guardia Civil tomó declaración a numerosos afectados para tratar de aclarar qué es lo que pudo ocurrir en la cubierta número 4 del Sorrento la tarde del pasado 28 de abril de 2015, poco después de zarpar del puerto de Palma. Las 157 personas que iban a bordo de la nave fueron rescatadas en un complicado operativo.