Un juzgado penal de Palma ha condenado a un joven conductor a tres años de prisión por circular ebrio, drogado, a gran velocidad y usando su teléfono móvil por la avenida Picasso de la ciudad, donde arrolló mortalmente a una corredora, que hacía ‘footing’ por la acera la tarde del 18 de julio de 2014. El magistrado le ha impuesto también la privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores durante cuatro años, lo que supone la pérdida de vigencia del carné, al considerarle responsable de un delito de homicidio por imprudencia en concurso con otro de conducción temeraria.

Por vía de responsabilidad civil, la sentencia, que aún no es firme, fija una indemnización para la madre de la fallecida de 87.645 euros, cantidad que ya fue consignada. El juez ha apreciado la circunstancia atenuante de drogadicción en el sospechoso, palmesano de 29 años, como había solicitado la defensa y la fiscalía.

Según se declara probado, entre las 20,35 y las 20,40 horas del pasado 18 de julio de 2014, el acusado conducía un coche, modelo Citroën C2, por la avenida Picasso de Palma, sentido Andrea Doria, tras haber ingerido bebidas alcohólicas, así como cocaína, cannabis y anfetaminas, que alteraron sus facultades intelectivas y volitivas, “con el consiguiente riesgo para la seguridad vial”.

El joven circulaba derrapando a una velocidad comprendida entre 97 y 117 kilómetros por hora, estando limitada en ese tramo a 40. Además, al mismo tiempo hacía uso de su teléfono móvil y llegó a enviar a las 20,35 horas un mensaje de WhatsApp al grupo “mayorkings” donde decía “voy muy justo”. También recibió una llamada a las 20,37 horas con una duración de 39 segundos. Acto seguido, a la altura del número 30 de la avenida Picasso, perdió por completo el control del turismo, se subió a la acera, impactó contra un árbol y a continuación atropelló a la peatón Margarita Albertí Celada, periodista de 44 años, que se encontraba practicando ‘footing’ en el carril bici.

La corredora sufrió politraumatismos y gravísimas lesiones que le causaron la muerte poco después. Por su parte, la Policía Local de Palma contactó con el acusado y comprobó que este presentaba síntomas de hallarse bajo los efectos del alcohol. En la primera prueba de etilometría, arrojó un resultado positivo de 0,65 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. Luego, fue trasladado al hospital de Son Espases donde los análisis de sangre detectaron un resultado positivo de alcohol de 1,85 gramos por litro y las pruebas de orina dieron también positivo en cocaína, cannabis y anfetaminas. Según la sentencia, el acusado es un adicto, severo en el momento de los hechos, a sustancias estupefacientes. Su adicción data desde los 14 años e inició un tratamiento en el Proyecto Hombre el 1 de octubre de 2014. Ahora, se encuentra en la tercera fase del tratamiento. El juez destaca la gravedad del comportamiento del joven, pero indica que no ha quedado acreditado que condujera de forma temeraria consciente de un manifiesto desprecio por la vida de los demás. En cambio, sí se ha acreditado la adicción a las drogas y que esta afectaba a su conciencia y disminuyó su imputabilidad de forma muy moderada.