La Audiencia de Palma juzgó ayer a un hombre de origen marroquí de 46 años por abusos sexuales a una niña de 7 que acudió a la tienda de chucherías en s'Arenal de Llucmajor en la que él trabajaba como dependiente a finales de mayo de 2015. El sospechoso negó los hechos ante el tribunal de la sección segunda y alegó que únicamente se acercó a la menor y le gritó "un poco". Según su versión, le dio un pequeño toque y le dijo que no tocara, ya que se le podía caer encima una estantería con chucherías. Cuando le gritó, ella se arrepintió, como pidiéndole perdón, recordó el imputado, quien se enfrenta a una petición inicial de condena de dos años de prisión por parte de la fiscalía. El hombre aseguró que no besó a la niña en la boca ni la sometió a tocamientos en las nalgas y los pechos. A raíz de este episodio ocurrido en el comercio de s'Arenal el pasado 24 de mayo de 2015, sobre las tres de la tarde, el acusado explicó que fue despedido de su trabajo.