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Incendio

"Fue una negligencia clarísima, no hubo dos incendios, sino uno mal apagado"

El padre del joven de 18 años evacuado a Barcelona con graves quemaduras se muestra indignado por la intervención de los bomberos en su domicilio en Tolleric - "Se equivocaron, no hay derecho a perder una casa. Mis hijos podrían haber muerto"

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Incendio de una vivienda en Tolleric

"Fue una negligencia clarísima, no hubo dos incendios distintos, sino solo uno mal apagado". Nicolás Oliver se encuentra en Barcelona con su mujer, después de que su hijo de 18 años fuera trasladado con graves quemaduras en un avión ambulancia el pasado sábado de madrugada desde Palma al hospital de la Vall d'Hebron, en la capital catalana. El joven sufrió severas quemaduras de primer y segundo grado en el incendio de la cocina de su casa en Tolleric (Llucmajor) el viernes a las nueve de la noche. Fue evacuado a Son Espases, donde los facultativos decidieron derivarlo a la Unidad de Quemados del hospital barcelonés. Ayer permanecía estable, sedado con morfina, pendiente de la evolución de las lesiones tras una primera cura.

Además de hacer frente a este trance, los progenitores han recibido un segundo golpe: su domicilio ha quedado devastado por las llamas. Nicolás Oliver, el dueño de la vivienda situada en el Pasaje Tramuntana en la urbanización Tolleric, está convencido de que hubo una negligencia por parte de los Bombers de Mallorca, que sofocaron el fuego en dos ocasiones esa misma noche. El siniestro se inició a las nueve de la noche en la cocina y en media hora fue extinguido. A las diez, se dio por finalizada la intervención. Los daños materiales registrados fueron escasos.

El Consell de Mallorca informó de que los especialistas inspeccionaron el lugar, comprobaron que la corriente eléctrica estaba cortada dentro de la casa y que no había gases y humo, como tampoco hallaron puntos calientes en la cocina, muebles cercanos y en la campana extractora. Pese a ello, cuatro horas más tarde, a las dos de la mañana, las llamas devoraban ya el mismo adosado. Los Bombers de Mallorca regresaron de nuevo al inmueble, esta vez apoyados por los Bombers de Palma. La carga de fuego era muy intensa. El siniestro se dio por controlado a las cuatro de la madrugada. Los daños esta vez sí que fueron cuantiosos. No había nadie dentro de la casa y no hubo que lamentar heridos.

"Fue una negligencia absoluta. No cortaron el gas general ni la luz general. Aquello volvió a prender. Cuando mi cuñado fue a casa para recoger la ropa porque noso-tros nos íbamos a Barcelona, se encontró toda la vivienda ardiendo. Me dijo que incluso se oían estallidos dentro", se lamenta Oliver.

"Es indignante. Se equivocaron los bomberos, como a cualquier persona le puede ocurrir. Algo no funcionó. Pero no hay derecho a perder una casa así. Mis hijos podrían haber muerto allí", prosigue el afectado muy contrariado. "Si mis hijos hubieran vuelto a casa y hubieran estado durmiendo en la planta de arriba, habrían muerto por el humo. Mi hija de 14 años estaba en casa del novio, pero podía haber estado allí y haber muerto", insiste el perjudicado. Según su versión, un bombero le dijo que algo falló y que dentro de la campana extractora pudo haber algo que luego prendió. "El primer fuego se reavivó. Cuando llegaron allí la segunda vez, el incendio estaba totalmente descontrolado. No hay derecho de tener en un primer momento un mueble afectado a que luego toda la casa esté quemada y toda destrozada. Les dije que lo iba denunciar", añade el hombre.

Tanto los Bombers de Mallorca como la Policía Judicial de la Guardia Civil han iniciado una investigación para determinar las causas por las que la vivienda se incendió dos veces con apenas cuatro horas de diferencia. El primer siniestro fue de escasa consideración, pero luego el domicilio acabó devastado por las llamas. Las puertas y ventanas quedaron abiertas al principio para ventilar el humo de la casa y no se quedó ningún retén de vigilancia, según los vecinos de la urbanización.

Nicolás Oliver recuerda que su hijo de 18 años estaba solo en casa la noche del viernes. "Noso-tros estábamos trabajando en Calas de Mallorca. Cuando nos avisaron del fuego, nos fuimos directamente al hospital de Son Espases donde él estaba ingresado", detalla. El padre indica que el siniestro se inició en una sartén. "Mi hijo estaba en la cocina. Se dejó una paella en el fuego. No sé si subió a ducharse, se le olvidó y cuando bajó se dio cuenta de que había prendido. Al tocar la sartén para intentar apagarla, no sé cómo fue, es cuando se quemó. Salió de casa a pedir auxilio y los vecinos le ayudaron. Uno de ellos ayudó a apagar el fuego e inhaló humo. Luego, los bomberos verificaron que todo estaba bien y bajaron el diferencial de la luz. Pero al poco tiempo se reavivó el incendio y se quemó toda la casa", apunta el progenitor.

Según su versión, su hijo no está en condiciones de explicarle los hechos al quedar muy afectado. El joven sufrió quemaduras de segundo grado profundas en el 25 por ciento del cuerpo y otras más superficiales en el 4%. El resto de lesiones, como en el rostro, son de primer grado. Mientras, la parte más dañada es el brazo y mano derechos y la zona inferior de las dos piernas.

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