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El brigada de Pollença no dijo que la mujer estuvo en el cuartel: "No le di importancia"

El jefe del cuartel no comunicó a los agentes que investigaban el asesinato de Lucía Patrascu que había acudido cuatro horas antes - El guardia que atendió a la víctima comentó que la mujer debería esperar a las ocho de la mañana para denunciar

El brigada de Pollença no dijo que la mujer estuvo en el cuartel: "No le di importancia"

El brigada del cuartel de Pollença, jefe del puesto, no informó a los guardias civiles que investigaban el asesinato de Lucía Patrascu de que la mujer había acudido a presentar una denuncia cuatro horas antes del crimendenunciahoras antes del crimen. "No le di importancia", ha alegado este mando en las pesquisas internas abiertas por el instituto armado para depurar responsabilidades y aclarar si se intentó ocultar la visita de la mujer a las dependencias policiales. Los seis agentes a su cargo a los que se ha tomado declaración han confirmado que el brigada tuvo conocimiento de que la mujer a la que él mismo había atendido era la víctima desde el primer momento. Pero apelan a la cadena de mando para justificar que tampoco ellos dieran esa información a la Policía Judicial.

El responsable del cuartel de Pollença se entrevistó con Lucía Patrascu a las siete de la mañana del domingo. Según su versión, habló con ella "entre cinco y diez minutos" y la mujer quería que su marido saliera del piso donde ambos habían convivido. El brigada asegura que le ofreció poner una denuncia, pero ella no quiso y negó que le hubiera pasado algo con el hombre. A su entender, del relato de Patrascu no se desprendía ningún delito de violencia machista, sino un litigio de divorcio. Paradójicamente, sostiene que indicó al guardia encargado en ese momento de recoger las denuncias que redactara una.

El agente aludido, en su declaración, contradice este extremo y sostiene que el brigada no le dio esa directriz. De acuerdo con su relato, ambos llegaron a la conclusión de que no existían indicios de delito y él mismo le dijo a Patrascu que regresara más tarde acompañada de su hijo para tomarle declaración e intentar fundamentar una denuncia. El brigada dio por buena esa solución al caso y Patrascu se marchó poco después.

No informó a la Policía Judicial

La mujer fue asesinada a cuchilladas por su exmarido aquella misma mañana. El brigada estaba todavía de servicio y acudió al lugar del crimen. Allí, según su relato, le comentaron que la víctima era la mujer que horas antes había estado en el cuartel, aunque no puede precisar quién se lo dijo. El mando ha admitido que no dio esa información a los agentes de la Policía Judicial que asumieron la investigación del homicidio. "No me di cuenta de que fuera tan importante", respondió en tres ocasiones al ser preguntado sobre por qué no comunicó ese dato a ningún mando. La misma respuesta que ofreció cuando el sargento jefe de la Policía Judicial, tras ser informado por otras vías, le preguntó si Patrascu había ido horas antes al cuartel.

Los seis agentes que tuvieron contacto con la mujer cuando acudió a denunciar a su exmarido han coincidido en que supieron que era la mujer asesinada poco después del crimen. De hecho, varios de ellos se llamaron por teléfono para comentarlo. Todos aseguran que tenían constancia de que el brigada estaba al corriente de lo ocurrido desde el primer momento y que era él quien debía, siguiendo el conducto reglamentario, informar a sus superiores o a la Policía Judicial. Uno de estos testigos contradice al responsable del cuartel y sostiene que fue el propio brigada quien, al acudir a la escena del crimen y ver el cadáver de Patrascu, la reconoció y comentó la coincidencia.

Solo uno de estos guardias, el que había tomado declaración horas antes a la víctima junto al brigada, contactó horas después con la Policía Judicial para dar esa información. Según la declaración de este agente, dio por hecho que el responsable del cuartel había comunicado los hechos a los investigadores. Sin embargo, al ver una noticia sobre el asesinato dedujo que esa información no había trascendido y contactó con un miembro de la Policía Judicial de Pollença para comentarle lo ocurrido aquella mañana.

La investigación interna abierta por la Guardia Civil pretende aclarar tanto si el jefe del puesto de Pollença intentó ocultar esta información como si cometieron negligencias en la atención a la mujer asesinada cuando acudió a denunciar. Del relato del brigada y los seis agentes que, en mayor o menor medida, trataron con ella, se desprende que Patrascu llegó al cuartel a las seis menos cuarto de la madrugada del domingo y abordó a los miembros de una patrulla. "Vengo a denunciar que mi marido me está acosando y persiguiendo. Tengo miedo y no sé lo que él es capaz de hacer", explicó antes de relatar las agresiones sufridas años atrás en Rumanía y su proceso de divorcio.

El agente encargado de recoger las denuncias se había quedado dormido, tuvieron que llamarle tres veces para que acudiera al cuartel y atendió a la mujer a las siete de la mañana. Un compañero suyo ha declarado que rechazó ayuda para recoger la denuncia y comentó que se encargaría otro guardia a las ocho de la mañana. Patrascu acabó marchándose de las dependencias de la Guardia Civil sin presentar la denuncia contra su exmarido, que apenas tres horas después le asestó cinco cuchilladas mortales en el balcón de su casa.

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