La Policía Nacional está investigando la muerte violenta de una turista de origen noruego de 61 años, cuyo cadáver fue descubierto ayer poco antes del mediodía en el interior del apartamento en el que se alojaba junto con su compañero sentimental en Can Pastilla. El cuerpo sin vida de la mujer fue hallado ensangrentado con lesiones en los antebrazos dentro de la estancia, en la que también aparecieron cristales rotos por el suelo y otras evidencias de sangre.

Los agentes del Grupo de Homicidios ayer tarde mantenían abiertas todas las hipótesis sobre lo ocurrido. En un primer momento barajaban que se tratara de un suicidio, pero tampoco descartaban que fuera un crimen, ya que el óbito se produjo en extrañas circunstancias que ahora analizan los expertos. Los resultados de la autopsia que previsiblemente se practicará hoy por la mañana en Palma aportarán más luz a los hechos. Además, otra pieza clave del caso es tomar declaración a la pareja de la fallecida, quien protagonizó una acalorada discusión con la mujer la noche anterior y luego desapareció del lugar del macabro hallazgo. Ayer al mediodía, varias patrullas de la Policía Nacional buscaban al hombre por los alrededores del aparthotel, ubicado en la primera línea de Can Pastilla.

Cuando el cadáver de la turista noruega apareció en el interior de su apartamento, en el primer piso del establecimiento turístico, no hallaron ni rastro de su compañero sentimental. El varón no estaba allí. Los agentes cuentan con su fotografía, ya que el ciudadano quedó registrado en la ficha del aparthotel. Otros turistas hospedados en el mismo edificio señalaron que la noche anterior habían escuchado una disputa de pareja.

Los investigadores creen que la muerte de la mujer se produjo entre la noche del domingo y la madrugada de ayer. El cuerpo sin vida presentaba síntomas de 'rigor mortis', es decir, estaba rígido, por lo que el óbito pudo tener lugar entre cinco y diez horas antes de su hallazgo.

Los agentes también tuvieron problemas a la hora de proceder a la identificación de la fallecida, ya que al parecer el apartamento estaba reservado con otro nombre.

Ante tales circunstancias que parecían complicar el caso, unidas a las manchas de sangre y los cristales rotos localizados dentro de la estancia, la Policía Nacional se volcó en las pesquisas. Los agentes de la Policía Científica realizaron una detenida inspección ocular y reportaje fotográfico del interior del apartamento.

Los hechos ocurrieron ayer, pasadas las once y media de la mañana, cuando la Policía Nacional fue informada de un extraño óbito. Una mujer de 61 años fue encontrada muerta en la habitación en la que se hospedaba con su compañero sentimental. Presentaba manchas de sangre en los antebrazos presuntamente causados por cortes. Inmediatamente, se movilizaron varias patrullas, así como los servicios sanitarios que acudieron en una ambulancia hasta la calle Bartomeu Riutort, en la primera línea de mar en Can Pastilla. "Han llegado muchos policías en coches y furgones. Luego, se presentó una ambulancia y al poco tiempo se marchó", indicó la encargada de un local cercano. El equipo médico se retiró al comprobar que la turista ya había fallecido. El óbito fue comunicado al juzgado de guardia de Palma y una forense examinó el cadáver de la mujer.

El Grupo de Homicidios y Policía Científica tomaron muestras y pruebas en la inspección ocular en el primer piso y sobre las tres de la tarde operarios de la funeraria retiraron el cuerpo sin vida.