La Audiencia de Palma juzgó ayer a un hombre de 34 años por violar al menos cinco veces al hijo de su compañera sentimental, cuando este contaba seis años, aprovechando el momento en el que dormía la siesta en el domicilio de la pareja en Menorca a mediados de 2014. El acusado, de origen uruguayo y que está preso, negó todos los cargos ante el tribunal de la sección primera. El hombre rechazó haber agredido sexualmente al niño, así como haberle maltratado o castigado sin darle de comer o encerrándole en una habitación a oscuras. En cambio, el padre y la abuela del menor coincidieron al destacar que el pequeño les explicó llorando que el imputado le había forzado. Según su versión, el hombre le masturbaba y le rozaba por detrás tratándole de penetrar analmente, lo que le hacía daño, cuando ambos se hallaban en la misma cama durmiendo la siesta.

El sospechoso negó tajantemente los cargos, si bien admitió que un par de veces durmió la siesta con la víctima, su compañera sentimental y también con su propio hijo. "Yo no le toqué el pene ni le masturbé. No le intenté penetrar ni acerqué mi pene. Eso es imposible. Tampoco agarré sus nalgas", manifestó ante la sala. Al interrogarle sobre los hechos del sábado 3 de mayo de 2014, el acusado respondió: "Esa siesta duró 15 o 20 minutos como máximo. Mi pareja luego fue al baño y al salir me dijo que el niño estaba estreñido". El acusado recordó también que ese día el menor tenía una herida en su pene. "Mi mujer avisó al padre y se le aplicó una crema. El niño ya no se quejó más", detalló. "Yo no sabía que tenía una lesión en el ano. Él estaba estreñido ese fin de semana. Había tenido problemas de estreñimiento", alegó el presunto agresor para justificar las heridas que luego detectó el médico.

El hombre negó haber coaccionado o intimidado al perjudicado. Según indicó, tenían "una relación muy agradable", jugaban a la videoconsola, iban al parque y hacían los deberes de la escuela juntos. El imputado destacó que el niño era muy mentiroso y que se toqueteaba sus genitales.

Sin embargo, el padre y la abuela de la víctima negaron estos hechos, como que sufriera estreñimiento. El progenitor relató que cuando su hijo regresó a su casa el domingo por la tarde descubrieron que presentaba una herida en el pene. Luego, el niño les contó lo ocurrido. Al ser visitado por un médico, le detectaron la lesión en el pene, un hematoma sobre el coxis, otros en el glúteo y muslo y una pequeña fisura anal. "El médico dijo que eran lesiones de abuso", recalcó el padre. La abuela dijo que el niño culpó al acusado y que antes era alegre y ahora había cambiado: "Está marcado. Le hicieron daño". La fiscal pide 12 años de cárcel al imputado.