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El asesino de es Fortí arrancó un trozo de cara a un policía

Miquel Antoni F.F., encarcelado por matar a golpes y estrangular a una mujer en diciembre en Palma, se enfrenta a seis años de cárcel por morder a un agente en el rostro y el hombro en Cartagena

El asesino de es Fortí arrancó un trozo de cara a un policía

El joven de 23 años encarcelado por matar a golpes y estrangular a una mujer y quemar su casa durante un robo en diciembre pasado en Palma está acusado de una brutal agresión a dos policías cuando mediaron en una pelea en un bar en Cartagena (Murcia). El sospechoso, Miquel Antoni R.P., arrancó a mordiscos parte de la cara y el hombro a uno de los agentes, que ha precisado varias operaciones de cirugía estética y ha vivido en vilo por el temor a sufrir una enfermedad contagiosa. El otro policía sufrió lesiones en la mano, el cuello y el hombro al ser derribado de un puñetazo. La fiscalía pide por esa agresión tres años de prisión, que la acusación particular eleva a seis, y 13.720 euros de indemnización para las víctimas.

Miquel Antoni R.P. fue detenido por la Policía en Palma el 24 de diciembre pasado por el asesinato de una mujer, Esperanza F.F., de 45 años. El cadáver de la víctima fue hallado el día anterior en su domicilio, una planta baja en la calle Port de Cariño, en la barriada de es Fortí, tras la extinción de un incendio. El cuerpo, parcialmente quemado, presentaba varios golpes en la cara y la cabeza y signos de estrangulamiento.

El grupo de Homicidios arrestó al sospechoso en un tiempo récord. El joven, cuyos abuelos viven en la finca donde tuvo lugar el crimen, se topó con la víctima en el vestíbulo del edificio y le propinó un empujón, según admitió él mismo ante el juez. Aunque aseguró no recordar nada más porque estaba ebrio y drogado, la Policía sostiene que mató a la mujer durante un robo y quemó la casa para borrar huellas. El acusado permanece desde entonces en prisión preventiva.

Miquel Antoni R.P., en el juzgado tras ser detenido por el asesinato en Palma en diciembre pasado. I. Sutorras

Un año y medio antes del homicidio, Miquel Antoni R.P., se vio envuelto en un violento altercado en la localidad murciana de Cartagena, donde vivía. Fue en la noche del 29 de agosto de 2014 en un bar, según consta en el escrito de acusación de la fiscalía. El joven estaba molestando a varios clientes y se enzarzó en una pelea con uno de ellos al que había quitado una copa. Durante la trifulca, Miquel Antoni R.P. cogió una botella e hizo ademán de golpear con ella a su rival.

En el establecimiento se encontraban dos policías fuera de servicio que intentaron poner fin a la reyerta. Uno de los funcionarios, de la Policía Local de Cartagena, agarró del brazo al joven cuando iba a dar el botellazo al otro implicado. El hombre se identificó como agente, mostró su placa y le pidió que se marchara del bar.

Miquel Antoni R.P. no le hizo caso. Cogió una bola de billar para lanzársela a su oponente y el policía trató entonces de inmovilizarlo para sacarlo del local. El joven le propinó entonces un mordisco en el lado izquierdo de la cara, logró zafarse e intentó seguir agrediéndole. El otro agente, miembro del Cuerpo Nacional de Policía, se interpuso. El acusado lo sujetó del cuello y lo tiró al suelo de un puñetazo.

Otra dotación de policía acudió al bar y logró reducir finalmente al sospechoso, que ofreció una gran resistencia y lanzó puñetazos y patadas a los agentes durante todo el trayecto hasta comisaría. El joven fue presentado ante el juez de guardia de Cartagena y quedó en libertad.

Un año de controles

El policía al que mordió sufrió una herida con pérdida de sustancia en la cara y el hombro izquierdo, por la que ha sido sometido a varias operaciones de cirugía estética en los últimos meses. Estuvo 36 días de baja y tardó medio año en recuperarse, quedándole como secuela una cicatriz. Además, durante un año fue sometido a continuos análisis de sangre para descartar que Miquel Antoni R.P. le hubiera contagiado el sida o la hepatitis. El otro policía agredido sufrió contusiones en la mano y el cuello y una tendinitis en el hombro, donde padece dolor desde entonces. La fiscalía imputa al joven delitos de atentado y lesiones -este con la agravante de reincidencia- y reclama tres años de prisión. El abogado del policía local, que ejerce la acusación particular, resalta la "especial virulencia" de la agresión y solicita seis años de reclusión.

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