Dicen que todos tenemos un ángel de la guarda, que aunque muchas veces no sé ve, siempre esta cerca para alejarnos del peligro, pero el pequeño Ahmir conoció al suyo el pasado sábado, cuando gracias a la rápida intervención del Guardia Civil, Alfonso García, lo que quedó en un susto no se convirtió en tragedia.

El pequeño jugaba junto a su abuelo en la playa de El cordobés en Valencia, mientras que Alfonso García, natural de Cehegín y con destino en el Seprona de la Comandancia de Caravaca de la Cruz, pasaba el día con su pareja mientras se recupera de una intervención en la mano que le fue practicada el pasado día 2 de mayo. Nadie presagiaba que, en apenas unos minutos, lo que era una apacible tarde a la orilla del mar se pudo teñir de negro.

Según cuenta Alfonso, "me di cuenta de que el abuelo le repitió varias veces al niño que no se metiera al agua, pero en una de sus carreras, se quitó la camiseta y se adentró en ella". Fue entonces cuando ocurrió. En un principio, Alfonso y su pareja pensaba que estaba nadando, pero inmediatamente el abuelo se percató de que algo no iba bien y comenzó a pedir ayuda.

Con una mano inmovilizada, el agente se adentró en el agua y logró rescatar al pequeño de cuatro años de edad. "Cuando lo saqué del agua me di cuenta de que estaba morado y de que tenía el pulso débil, lo coloqué en posición lateral de seguridad y comencé a reanimarlo", explicando que "le pedí a su abuelo que permanecería junto a él para que cuando recobrara el conocimiento no se asustara".

Una vez que el niño comenzaba a recobrar el conocimiento, llamaron a los servicios de emergencia del 112. Con la situación controlada, dejó al pequeño con su pareja, que también tiene formación en rescate acuático, un pescador y el abuelo, y salió para guiar al equipo médico, que llegaron acompañados de Policía Local y Guardia Civil de la zona.

Esta historia tuvo un final feliz y el pequeño fue trasladado hasta el hospital más cercano, donde tras pasar unas horas en observación, fue dado de alta y se recupera ya en su casa.

Aunque la familia del pequeño Ahmir volvió a la zona para agradecer el acto al agente del instituto armado, no consiguieron dar con Alfonso pero, según narraba el mismo en las dependencias del cuartel de Caravaca de la Cruz, "esta mañana he podido hablar con el abuelo y me ha confirmado que el niño se encuentra bien, además me han dado las gracias".

Alfonso García, tiene 43 años y 20 años de servicio, ahora trabaja en el servicio del Seprona con base en Caravaca de la Cruz. Durante su amplia trayectoria, la formación constante ha sido una de sus máximas, cuenta con multitud de cursos de rescate y además es instructor en varias disciplinas. A lo largo de su carrera ya ha vivido dos situaciones similares, donde su arrojo consiguió salvar la vida de otros conciudadanos.