La Fiscalía solicita 30 años de prisión para cada uno de los dos acusados de asesinar en enero de 2014 en Pollença a un hombre de 84 años al que golpearon en la cabeza con un hacha para robarle 3.000 euros.

El juicio contra los dos presuntos asesinos, identificados como J.C.N., alias "el Escorpión", y M.T.V., "el Mosca", se celebrará el mañana viernes ante la sección segunda de la Audiencia de Palma.

En su escrito de acusación, el ministerio público relata que los dos acusados coincidieron el día de los hechos en un bar y vieron que tenía un fajo de billetes de 50 euros, por lo que esa misma noche se personaron en la vivienda del anciano para exigirle dinero.

Portaban un hacha y una linterna, puesto que había convenido cortar la luz de la casa si tenían que hacer uso de la violencia para arrebatar el dinero a su propietario, indica el fiscal, según el cual J.C.N. y M.T.V. actuaron según habían pactado cuando su víctima rehusó darles lo que pedían.

Cortaron la luz y, aprovechándose de su debilidad, uno lo sujetó por los hombros mientras el otro le dio un fuerte golpe con la culata del hacha que le hirió de muerte.

No obstante, una vez en el suelo ambos volvieron a golpearle en varias ocasiones acabando con su vida, sostiene el fiscal, que detalla que el anciano murió a consecuencia del daño cerebral del primer golpe y presentaba otras heridas.

Los dos acusados, presuntamente, registraron primero a su víctima y se apoderaron de 1.000 euros que llevaba en la cartera, y más tarde buscaron por la casa y hallaron otros 2.000 euros que también se quedaron.

El que había dado el primer golpe de hacha se quedó con 2.000 euros y ocultó el arma homicida en una tinaja ubicada en una finca agrícola donde trabajaba, mientras que a su compañero le correspondieron los 1.000 euros restantes.

La acusación pública solicita para cada uno de los procesados una pena de 25 años de cárcel por asesinato y otra de 5 años por robo con violencia con uso de armas en casa habitada.

Además, reclama que indemnicen con 30.000 euros a cada uno de los dos hermanos de su víctima, sus familiares más directos, además de devolver los 3.000 euros que robaron.