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Héroe adolescente

"Solo pensé en defender a la mujer, no tuve miedo"

El joven de 17 años que salvó a una mujer cuando era golpeada en la calle Aragón y que también fue agredido por el maltratador, muy corpulento, relata cómo la ayudó

Julián Martín, el joven de 17 años que protegió a una mujer cuando era maltratada, en la parada de autobús donde ocurrió la agresión. Guillem Bosch

"Sin dudarlo fui hacia allí e intenté separar al hombre de la mujer. Me acerqué para intentar ayudarla y defenderla. Nada más llegar, él me empujó contra la parada del autobús. Le insistí para que se fuera de allí y que la dejara en paz, le dije que era un cobarde por pegar a su mujer". Julián Martín Vaquero se convirtió el viernes por la noche en el héroe de la calle Aragón. El joven de 17 años vecino de Palma salvó a una mujer cuando era maltratada en plena vía pública supuestamente por su compañero sentimental, un hombre muy corpulento de unos cien kilos de peso, que fue detenido por la Policía Nacional y el sábado por la noche ingresó en prisión por orden judicial. Pese a la diferencia de complexión de ambos, ya que el menor pesa 65 kilos y es mucho más delgado que el sospechoso, no tuvo miedo de encararse a él. "Solo pensé en defender a la mujer, no tuve miedo", asegura el muchacho.

"Aunque yo hubiera sido más débil, me hubiera acercado a él igualmente. Pensé en ayudarla y no en la complexión de él. Yo juego a balonmano, no me dan miedo los tipos corpulentos. Además conozco mis derechos. Sé que si él me pega y yo a él no, le puedo denunciar. Y soy menor. Si él me agrede, me respalda la ley. Todo ocurrió en la calle Aragón que es muy transitada y todo el mundo lo ve. Pero por la mujer sí que tenía miedo", relata el muchacho con aplomo, que fue golpeado por el presunto agresor en dos ocasiones.

"Ella estaba muerta de miedo, lloraba, se la veía muy sumisa. Él la tenía acorralada y atemorizada en la parada del autobús. Cuando me acerqué a ayudarla, me dio las gracias. Le dije que a una mujer se la defiende y no se le pega. Él era mucho más fuerte que ella. También le dije que denunciara, pero ella no me respondía. Creo que han tenido más problemas, pero él siempre se libra por eso, porque ella no denuncia. Supongo que le tiene mucho miedo", prosigue Julián Martín, natural de Argentina y criado en Mallorca desde que tenía un año.

"Nadie vino a ayudarme, solo la Policía. Había gente enfrente, en la misma calle. Eran adultos. Vi a un grupo de seis o siete personas, con varios hombres. Y miraban y no vinieron a ayudarme. Supongo que alguno llamó a la Policía", relata el joven.

"Lo que hice fue algo normal, es algo que todos deberíamos hacer. Me gusta defender al débil del fuerte, sobre todo si es un hombre contra una mujer", recalca el menor, que estudia bachillerato en un instituto en el barrio palmesano de Son Cotoner.

Los hechos ocurrieron el viernes por la noche en la calle Aragón, en la zona de Can Capes, cerca de la Vía de Cintura. "Serían sobre las diez y media de la noche, yo iba a salir con mis amigos, había quedado con ellos en la plaza de España. Iba a cruzar la calle para coger el autobús y entonces vi a un hombre que le soltó una bofetada 'superfuerte' a una mujer. Fue un guantazo con la mano abierta. Sin dudarlo, me acerqué para intentar ayudarla", recuerda.

Primer empujón y puñetazo

"Intenté separar al hombre de la mujer. Primero, él me empujó. Insistí en que se fuera y que la dejara en paz. Él se marchó, cruzó la calle, pero al rato volvió incluso más violento. Me dijo 'vete de aquí, te voy a pegar a ti chaval, este no es tu problema'. Y luego me soltó un puñetazo en la boca del estómago. Me quedé sin aliento y en ese momento llegaron los policías", explica Julián.

"Yo le decía que se marchara y que era un cobarde por haber pegado a su mujer. La tenía acorralada en la parada del autobús. Cuando vino la Policía Nacional, les indiqué todo lo que había ocurrido y ya me marché. Al día siguiente (sábado), ofui a comisaría e hice un relato de los hechs", comenta el testigo.

El joven tuvo que acudir a un centro médico y aportó a los investigadores un parte de lesiones. "No me lastimó mucho", añade Julián.

Por su parte, los agentes procedieron a detener al supuesto agresor, un ciudadano español de 35 años, muy fornido, por maltrato y quebrantamiento de medida cautelar, ya que presuntamente se saltó también la orden de alejamiento que tenía respecto de su compañera sentimental.

El héroe de la calle Aragón fue felicitado por los policías por su valiente acción. "Se lo conté a mi padre y está contento. Es lo que debía hacer como cualquier persona", indica el joven, al que le gustaría ser ingeniero industrial. "Aunque ahora me planteo también ser policía, porque me ha gustado ayudar a una víctima".

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