Quería dejar su huella en la ciudad que hace tres décadas lo acogió y decidió marcar sus iniciales en los edificios emblemáticos de la ciudad. Eusebio A. T., un hombre de 82 años que vive en el centro de Palma, se ha dedicado durante el último año y medio a grabar sus iniciales en todo el centro de Palma.

Cort, el Parlament, el Consell de Mallorca, sa Llotja, el claustro y la fachada de Sant Francesc, las parroquias de Santa Eulàlia y Sant Jeroni, la muralla, s'Hort del Rei o la Casa de l'Església son algunos de los dieciséis edificios protegidos que han sido víctimas de este jubilado, un antiguo legionario nacido en la península que reniega de Mallorca.

La Policía Local de Palma comenzó la investigación en enero de 2015. Fue entonces cuando el Grupo de Información y Seguimiento de Denuncias (GISD) tuvo conocimiento de que habían aparecido las letras EAT en la fachada de Cort justo encima del banco del sinofós. La sede del Ayuntamiento de Palma goza del máximo nivel de protección patrimonial, por lo que la policía confeccionó un informe penal por los daños y trató de investigarlo.

Sin embargo, no fue hasta este mes cuando consiguieron una pista que resultó determinante para las pesquisas. El jefe de seguridad del Parlament denunció que habían inscrito en las columnas y la fachada del edificio las mismas iniciales: EAT. Aportó unas grabaciones realizadas en febrero y marzo de este año en las que se veía al hombre de lejos, cubierto por una gorra, utilizando unas llaves que sacaba de su bolsillo. Los agentes del GISD realizaron una batida por el centro de Palma y descubrieron la misma inscripción en otros catorce edificios catalogados del centro histórico.

En todas aparecían las mismas letras mayúsculas de un palmo de alto y dos palmos de ancho. La imagen del sospechoso fue distribuida entre los policías locales del centro de Palma. Además, realizaron una búsqueda en el padrón municipal de las personas de edad avanzada cuyas iniciales coincidieran con las letras EAT. Redujeron el cerco a tres o cuatro personas gracias al barrido informático.

Un agente que habitualmente vigila la salida del colegio de Sant Francesc dijo reconocer al hombre tras verlo en la grabación del Parlament. El sospechoso fue citado por la Policía Local en calidad de imputado. Al personarse en Sant Ferran, le solicitaron que se vaciara los bolsillos y llevaba encima dos llaves con evidentes signos de desgaste. Está acusado de un delito continuado de daños contra el patrimonio histórico. El consistorio todavía no ha calculado qué indemnización le reclamará y cuánto costará reparar los daños que ha ocasionado.