Pertenencia a organización criminal, robo con violencia, estafa, hurto y coacciones. A todos estos cargos se enfrentará una banda rumana de trileros de s'Arenal que se sentará el próximo jueves en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Palma. El fiscal solicita para todos ellos penas que suman 34 años de cárcel.

Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los integrantes de esta banda "se pusieron de acuerdo con el fin de agruparse y coordinarse para la comisión de hechos delictivos". El trile era el pretexto para desvalijar a los turistas más incautos.

El escenario de sus fechorías se situaba todas las tardes entre las calles Germà Bianor y Cartago de la Playa de Palma. Cada uno de los componentes de la banda tenía asignada su propia función de antemano.

El cabecilla de la organización se encargaba de colocar al resto en su posición. Uno de ellos hacía de crupier con el trile y otros hacían de ganchos para tratar de convencer a víctimas potenciales del engaño.

La actividad delictiva variaba en función de la reacción de los turistas. En algunos casos, solo con el timo del trile se conseguían hacer con su dinero. En otros, la víctima le arrebatan el billete incluso antes de que consiguiera apostar. Si el apostante mostraba una disconformidad manifiesta, el resto de los miembros de la banda se tornaban más agresivos.

Los integrantes del grupo de trileros comenzaban a proferir gritos, intimidaban y empujaban a las víctimas para expulsarlas del lugar. En algunos momentos fueron aún más violentos y cogieron a un apostante del cuello para intentar sustraerle un billete. Las víctimas que trataban de probar suerte no eran conscientes de que en ningún momento se les iba a permitir ganar. Para ello no dudaban en utilizar la fuerza.