Una tormenta tan violenta como localizada provocó ayer enormes daños en las paradas que estaban dispuestas para celebrar el Día del Libro en la Plaça d'Espanya de Inca. Tanto los libreros como los artesanos de la feria de la calles cercanas se vieron sorprendidos por el vendaval, que derribó la mayoría de las paradas al tiempo que una fuerte lluvia estropeaba gran parte del género que tenían expuesto, provocando daños valorados en varios miles de euros.

Todo ocurrió de improviso, sobre las cuatro de la tarde. El cielo estaba cubierto y había empezado a llover ligeramente, pero nada hacía prever lo que ocurrió. En la Plaça d'Espanya había una veintena de paradas dispuestas para celebrar el Día del Libro, y en las calles aledañas, del Comercio y Major, se había instalado un mercadillo artesano. Un fortísimo vendaval se llevó volando las carpas y derribó muchas de las paradas al tiempo que la lluvia, que cayó también con gran intensidad, estropeó la mayoría de los libros y buena parte del género que tenían expuesto los artesanos. Las personas que estaban en las terrazas tuvieron que correr a refugiarse en los bares de la zona, y alguna carpa llegó a caer sobre las mesas.

El fenómeno meteorológico duró apenas un par de minutos, pero provocó cuantiosos daños materiales. Joana Maria Pol, de la editorial Mallorca Fantástica, explicaría posteriormente que, solo en su parada, las pérdidas superaban los 1.000 euros, valor a precio de coste del material que había estropeado la lluvia. El coste total de los daños del temporal podría ser muy superior.

En las horas siguientes los propietarios de las paradas trabajaban intentado arreglar los desperfectos, aunque en muchos casos se encontraron con que el mal no tenía remedio.

"Mi parada estaba muy bien cubierta", explicaba Yolanda Martín, una de las artesanas, "pero al final no sirvió de nada, porque el agua entraba por todas partes". En el mismo sentido se expresaba Isabel Isern, que contaba que apenas podía aguantar la parada mientras la fuerza del viento se le llevaba volando todo el género.

El concejal de Cultura de Inca, Antoni Rodríguez, comentó en el lugar que nadie podía esperar una cosa semejante y se lamentó por las pérdidas sufridas por los libreros y artesanos.