"Desarticulada en Palma una banda de narcotraficantes que financiaba al IRA". Era el 26 de julio de 1988 y la noticia copaba la portada de DIARIO de MALLORCA. En la operación de la Policía Nacional habían colaborado agentes de Scotland Yard y de la Drug Enforcement Agency (DEA) de Estados Unidos. El principal detenido era un británico de 43 años, Howard Dennis Marks. Considerado en en ese momento el principal introductor de marihuana en EEUU, vivía en sa Vileta. En los años siguentes acaparó más portadas en los diarios. Desde su batalla legal por no ser extraditado a Norteamérica hasta su éxito literario con su biografía, Mr. Nice, llevada al cine en 2010. Howard Marks murió el pasado domingo a causa de un cáncer de colon a los 70 años.

"Yo nunca fui un camello. Un camello compra más droga de la que se fuma para venderla. Yo intentaba fumármela toda". Marks exhibió siempre un gran sentido del humor. Mantenía que nunca había empleado la violencia pese a desenvolverse en el mundo de la delincuencia, y que siempre se negó a vender drogas duras, marcado por la muerte de un amigo de juventud a causa de la heroína. Ello explica en parte su apodo, Mr. Nice. Las enormes cantidades de marihuana que habría introducido durante años en EEUU explicarían su otro sobrenombre. Cuentan que en la cumbre de su carrera podía meter treinta toneladas de "hierba" en EEUU y Canada desde destinos tan diversos como Pakistán o Tailandia. Tenía contactos en la Mafia, el IRA, la CIA o el MI6 británico. Utilizaba más de cuarenta alias, ochenta líneas teléfonicas y 25 empresas, entre ellas un banco, para lavar el dinero de la droga.

El narco más buscado

Durante los años 80 fue uno de los principales objetivos de la DEA, y se convirtió casi en una obsesión del agente especial Craig Lovato, que le persiguió durante años. En su libro Marks no desperdició la ocasión de ajustar cuentas con él. Relata su encuentro tras su detención, aquel 25 de julio de 1988. Mr. Nice acaba de ser encañonado con una pistola y está esposado en la cocina de su casa, en sa Vileta. Frente a él, sentado en un taburete, un policía le contempla. "Sus ojos eran sádicos y su sonrisa indicaba que estaba alcanzando un orgasmo silencioso. Llevaba la camisa blanca abierta y el mostacho de Zapata". Era Lovato. Ya en la cárcel, el agente de la DEA le propuso intercambiar correspondencia. "Es un hombre enfermo", dijo de él Marks.

Al día siguiente de la detención, Mr. Nice volvió a hacer honor a su apodo en una multitudinaria rueda de prensa que concedió en la mismísima prisión de Palma, algo inaudito. Marks contó en su libro que lo hizo obligado por el entonces director de la prisión, Joaquín Mejuto, y sugirió que habría actuado estimulado económicamente por algún periódico. En esa comparecencia mostró de nuevo todo su encanto, declaró su inocencia y, aunque reconoció que había traficado con droga en el pasado, dijo que llevaba más de una década sin delinquir.

Durante el año siguiente, Howard Marks mantuvo una dura batalla legal por evitar ser extraditado a EEUU -ocupando más páginas en los periódicos de la época-. Pero no pudo evitarlo. Fue finalmente extraditado y condenado a 25 años de prisión, aunque finalmente quedó en libertad provisional siete años más tarde. Fue expulsado de EEUU y se instaló de nuevo en Palma con su familia

Parte del tiempo de condena lo utilizó para escribir sus memorias, que finalizó en su casa de Palma. Antes de terminarlo tenía ya sustanciosas ofertas de varias editoriales. Mr. Nice se convirtió rápidamente en uno de los libros más vendidos en Inglaterra. En 2010 fue llevado al cine, con Rhys Ifans -el pasota amigo de Hugh Grant en Notting Hill- en el papel de Marks.

Howard Marks siguió viviendo durante años en Palma, donde actuó ocasionalmente como monologuista de humor. Hace un año le diagnosticaron un cáncer de colon. Falleció el pasado domingo a los 70 años.