Un trabajador de los apartamentos Club Punta Arabí, en Santa Eulàlia (Eivissa), donde fue hallado el cadáver del hombre que murió de al menos cinco hachazos en la cabeza y la espalda, manifestó ayer en el juicio con jurado que el mismo día del crimen, el 3 de noviembre de 2014, se encontró a un joven durmiendo en una habitación contigua: "Al abrir la puerta, me encontré a un hombre durmiendo en el suelo sobre el colchón. Le desperté tocando a la puerta. Le dije que allí no podía estar y salió diciendo 'perdón, perdón, me voy'. No le vi la cara. No le puedo reconocer. Era joven, alto, delgado, con pantalón claro y su-dadera roja". Otro testigo recordó que el acusado se quedó a dormir en su casa, lo que le extrañó. Allí, se duchó y se rapó la cabeza. La víctima lo tenía coaccionado, según dijo.