En el arte de amar no todo vale. Un joven marroquí aprovechaba el anonimato de Internet para cortejar a mujeres de la isla a las que engañaba. Ocultándose tras una falsa fotografía en su perfil en una conocida red social de contactos, se presentaba ante las víctimas como un apuesto galán. Cautivaba a las internautas con mensajes seductores hasta lograr quedar con ellas. El objetivo final no era otro que conseguir una cita sexual a ciegas. Y realmente era a ciegas. Gracias al flirteo a través del ciberespacio, convenció a una de las víctimas para que le esperara en su casa con la puerta abierta y los ojos vendados. El muchacho, de 26 años, aprovechó el juego erótico para presentarse en el domicilio de la afectada y empezar a tener sexo con ella.

La perjudicada descubrió el engaño y que el hombre no era el esperado al destaparse los ojos y levantarse la venda mientras ambos mantenían relaciones sexuales. El internauta no era el galán de la fotografía colgada en Internet, sino un joven ciudadano marroquí de complexión gruesa, con unas decenas más de kilos que el que aparecía en su perfil.

La mujer contrariada aún sufrió otro revés en su propia vivienda. El sospechoso desenmascarado le conminó a seguir practicando sexo, esta vez sin vendas ni antifaces, con la amenaza de difundir en las redes sociales un vídeo sexual que había grabado.

La víctima denunció lo ocurrido y la Policía Nacional, tras varias pesquisas, detuvo al joven el pasado viernes en Palma por un delito de agresión sexual.

Niega los cargos

El arrestado se acogió a su derecho a guardar silencio cuando iba a ser interrogado en la Jefatura Superior de Policía en Palma. Horas más tarde, durante su declaración en el juzgado de guardia de la ciudad, negó los cargos. El joven rechazó haber forzado a la mujer así como haberla chantajeado con grabaciones pornográficas caseras. Según su versión, ambos se conocieron a través de una popular red social, quedaron y mantuvieron relaciones sexuales consentidas. Además, el sospechoso explicó que sus encuentros no se produjeron una sola vez sino que tuvieron sexo en varias ocasiones y en muy distintos lugares. También se refirió a los vídeos sexuales y alegó que habían sido filmados con su consentimiento. Tras prestar declaración, el magistrado del juzgado de guardia de Palma ordenó su puesta en libertad el pasado viernes por la tarde.

El muchacho ya fue detenido el pasado verano, en junio de 2015, por hechos similares tras la denuncia de otra mujer. En esa ocasión, también quedó libre. El ciudadano marroquí no supo explicar ahora ni encontró justificación alguna a esa curiosa coincidencia.

El Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Nacional se ha encargado de investigar el caso. Los hechos se remontan al pasado verano. Los agentes analizaron las dos denuncias de las mujeres y finalmente el viernes procedieron a arrestar al joven por una supuesta agresión sexual.

Según la versión de una de las víctimas, el sospechoso también la había coaccionado a través de mensajes de la aplicación del teléfono móvil WhatsApp en los que presuntamente le decía que tenían que volver a tener sexo si no quería ver publicados los vídeos sexuales por Internet.

El detenido, de 26 años, negó este extremo y alegó que ese no era su teléfono móvil. Indicó que no sabía nada de esos mensajes y reiteró que las relaciones siempre fueron consentidas.