La Policía ha detenido a dos hombres por utilizar las Avenidas como galería de tiro. Los sospechosos, un búlgaro de 21 años y un español de 55, habrían disparado varias veces con una carabina contra el letrero de una sucursal bancaria. Dieron en el blanco al menos dos veces con proyectiles del calibre 22, causando cuantiosos daños en el cartel. Tras un mes y medio de investigaciones, el grupo de Atracos de la Policía Nacional ha conseguido aclarar la procedencia de los disparos y se ha incautado en la vivienda de los acusados del arma, munición y un silenciador. Los dos sospechosos, a los que se imputa un delito de daños, fueron puestos ayer por la tarde a disposición judicial.

Fue el pasado 2 de febrero cuando los empleados de la sucursal de Banca March situada en la confluencia de la avenida Comte de Sallent y la calle Antoni Marquès detectaron que el rótulo luminoso de la fachada no se encendía. Los trabajadores descubrieron unos agujeros en una de las letras del cartel y en principio pensaron que había recibido el impacto de unas piedras. Los responsables de la entidad bancaria denunciaron los hechos ante la Policía Nacional.

Los agentes acudieron a la oficina y comprobaron que los orificios no eran fruto de pedradas, sino de balazos. La inspección ocular reveló que el letrero había recibido varios impactos de proyectiles del calibre 22. El caso quedó en manos del grupo de Atracos.

Los investigadores recorrieron la zona en busca de algún testigo y se entrevistaron con los vecinos de los edificios colindantes para tratar de aclarar lo ocurrido. Los moradores de algunos inmuebles cercanos escucharon que en los días anteriores habían oído unos ruidos extraños que identificaron como tiros.

Los policías intentaron estrechar el cerco y descubrir desde dónde se habían efectuado los disparos. Las pruebas recabadas descartaron que se realizaran desde la vía pública y apuntaban a alguno de los edificios cercanos.

Los investigadores han resuelto el caso esta semana. La Policía descubrió que los autores de los disparos eran dos hombres, residentes en un inmueble de la calle General Riera. Los disparos que efectuaron recorrieron decenas de metros, poniendo en riesgo tanto a los peatones como a los conductores que circulaban por la zona.

El pasado jueves, los agentes encargados de la investigación arrestaron a los dos sospechosos, un español de 55 años y un joven búlgaro de 21, como presuntos autores de los disparos. Los policías llevaron a cabo un registro en el domicilio desde el que tiraron contra el letrero de la sucursal bancaria, donde encontraron la carabina, munición y un silenciador casero.

Los dos sospechosos fueron trasladados a comisaría para ser interrogados y tratar de aclarar por qué dispararon contra el cartel. Las gestiones permitieron descartar que actuaran por algún conflicto con la entidad, explicaron fuentes policiales. Los detenidos señalaron que su único objetivo era realizar practicas de tiro con la escopeta.

Ambos están acusados de un delito de daños y, tras prestar declaración ante los policías, ayer por la tarde fueron puestos a disposición del juzgado de instrucción número 9 de Palma, que se encontraba en funciones de guardia.