No es la primera vez que se escapa un detenido de los juzgados de Vía Alemania, en Palma. El pasado martes por la tarde un joven arrestado se fugó de los calabozos a la carrera poco después de que le comunicaran que debía ingresar en prisión. Este hecho, junto con otras incidencias detectadas en los últimas semanas, ha permitido destapar las carencias en materia de seguridad en las celdas de la sede judicial. El Grupo de Conducciones de la Policía Nacional, que se encarga de trasladar a los detenidos, padece una escasez de medios materiales desde hace meses y a ello hay que añadir una escasez de medios personales por las tardes.

Faltan vehículos policiales. La unidad que custodia y conduce a los sospechosos y reclusos a Vía Alemania, sa Gerreria, es Pinaret, la prisión y a distintos hospitales o ambulatorios de la ciudad solo dispone ahora de un automóvil y un furgón que funcionen. El resto está averiado. Con estos dos vehículos, los agentes realizan a diario un sinfín de viajes desde la Jefatura Superior de Policía, el centro penitenciario de Palma o los juzgados.

Debido a la falta de vehículos, otros grupos policiales han tenido que apoyar al Grupo de Conducciones y suplirles realizando traslados en sus coches patrulla, por ejemplo, a centros médicos. Además, los agentes también se ven obligados a regresar a comisaría desde los juzgados de Palma a pie, al no disponer de vehículos, e incluso algunos funcionarios policiales deben desplazarse por ejemplo a Son Espases al módulo de detenidos por sus propios medios.

La escasez de medios materiales repercute en los servicios. Así, muchas conducciones no se pueden realizar en las condiciones adecuadas y no se pueden cubrir algunos traslados médicos prioritarios de presos. A esta situación hay de sumar otras deficiencias como que un furgón policial tiene goteras.

También hay una falta de medios personales, en especial, por las tardes, cuando hay menos agentes en los calabozos de Vía Alemania. De hecho, en ocasiones son los propios grupos policiales que han detenido a los sospechosos los que los trasladan hasta los juzgados por la tarde. Luego, los arrestados son custodiados por el Grupo de Conducciones.

El martes pasado por la tarde, un joven de 21 años detenido por una reclamación policial por robo con violencia aprovechó el momento en el que en teoría iba a ir al baño para escapar de la zona de los calabozos a la carrera. El muchacho ya había sido puesto a disposición judicial y sabía que iban a llevarle a la cárcel. Consiguió fugarse, pese a que los agentes le persiguieron por la rampa y por las calles aledañas.

Esa tarde, había tres policías en las dependencias judiciales, cuando lo normal es que sean cinco o seis. El resto de agentes estaban prestando servicio en el macrojuicio del caso Noos, en la sala de la EBAP, y otro en el módulo de arrestados del hospital de Son Espases.

Por otro lado, los agentes han detectado otras incidencias en los calabozos de Vía Alemania. Hace pocas semanas, un arrestado fue sorprendido fumando dentro de la celda. A otro le intervinieron un pequeño hierro y a otro detenido le incautaron un mechero. Estos artículos fueron introducidos por allegados o familiares desde la calle, a través de unas pequeñas ventanas que comunican con los calabozos. Los policías han pedido tapiar los ventanucos ante el riesgo que entrañan para la seguridad.