La Audiencia de Palma ha absuelto a dos policías nacionales de un delito de torturas a un taxista que fue detenido en las inmediaciones de Son Banya en abril de 2013 y ha condenado al conductor a dos multas y cuatro meses de prisión por circular en estado ebrio, negarse a someter a las pruebas de alcoholemia y resistencia a la autoridad, por empujar a uno de los agentes.

El tribunal de la sección segunda ha concluido que no ha quedado acreditado que los dos policías imputados golpearan en repetidas ocasiones al taxista en las costillas ni en un ojo, ni que tampoco condujeran de manera irregular y a gran velocidad durante su traslado para que el detenido se golpeara contra el vehículo. La sala destaca que no existe ningún corroborante objetivo que avale el relato de hechos del conductor. Además, el forense indicó que las fotografías con las lesiones que presentaba no se correspondían "en nada" con lo que él observó e informó. Según su versión, no presentaba lesiones relevantes.

En cambio, el tribunal considera probado que el pasado 18 de abril de 2013, poco antes de las ocho de la tarde, el conductor circulaba en un taxi por el camino de la Milana, en Palma, con sus capacidades mermadas por la previa ingesta de bebidas alcohólicas. El hombre protagonizó un incidente de circulación con otro vehículo, cuyos ocupantes dieron aviso a la Policía Nacional, que se hallaba en la zona. Los agentes le dieron el alto, pero el sospechoso les increpó.

Luego, le instaron a que saliera del taxi para identificarle y el siguió increpándoles. Cuando registraron su coche, dio un fuerte empujón a uno de los policías, por lo que fue detenido. Al estar muy excitado y darse golpes en el vehículo policial, le inmovilizaron los pies con bridas. La Policía Local fue comisionada para efectuar el test de alcohol que no pudo realizarse, por lo que fue conducido a Sant Ferran, donde se negó a hacer el test.