"Se me propuso asaltar a políticos corruptos en plan Robin Hood. Mi vida estaba en un agujero. Mi escala de valores se fue al garete. Acabé haciendo el imbécil", aseguró Gonzalo M.C., uno de los militares arrepentidos ante la sala, tras confesar haber cometido una oleada de atracos a mano armada en la isla. "He tratado de enmendar mis errores. Estoy arrepentido. La única forma de compensar es cambiar el modo de vida que llevaba. He pagado para reparar el daño", añadió. "Todo lo hice porque perdí el respeto a mi propia vida y perdí el respeto a todo lo demás. He visto la muerte de cerca. Con 19 años estaba en Bosnia y con 21 en Líbano. Allí sufrí un atentado muy duro. Tuve estrés postraumático crónico. No tuve el apoyo que necesitaba. Piensas que tu vida no vale nada. Estando en Somalia cazando piratas pensaba que por lo menos aquí no me iban a pegar un tiro", concluyó. La fiscalía solicita un total de 578 años de cárcel para la banda de paramilitares por organización criminal, robo con violencia, detención ilegal, lesiones, tenencia ilícita de armas y depósito de armas de guerra. "Fue una irresponsabilidad y una falta de criterio", se excusó otro acusado. "Lo hice por mi situación económica. Lo había perdido todo", alegó otro. Carlos T.A. recalcó: "Lo hice por dinero. Me llevé poco, unos 20.000 euros. Abandoné el ejército, no tenía trabajo y me puse a robar".