Francisco Daniel Córcoles trataba ayer de encajar el incendio que había sufrido momentos antes. "Pido disculpas a los vecinos, porque me fui a dormir y me dejé la estufa encendida", apuntó ayer en la puerta del edificio. A escasos metros sobre su cabeza, la fachada estaba ennegrecida por las llamas.

"Me dejé el aparato eléctrico encendido y quemó un sofá. Cuando me desperté, todo estaba ardiendo", recordó el joven de 26 años residente en la vivienda del primer piso donde se localizó el foco del incendio. "No pude hacer nada por apagarlo. Cogí al perro y me fui a la calle", subrayó.

Francisco se quejaba de haber sufrido una quemadura en un pie. "No creo que sea nada. Lo importante es que por lo menos estoy de una pieza", recalcó algo aliviado. No obstante, su principal preocupación pasaba por tratar de solucionar los daños que había causado el incendio. "¡A ver cómo se pueden arreglar los desperfectos!", exclamó. Las viviendas inmediatamente superiores a la suya también habían sufrido daños.

"Estoy sin trabajo y ahora me he quedado sin casa. Si alguien lee esto, le pido por favor que me dé un empleo para que pueda salir adelante", solicitó Francisco ante su vivienda siniestrada.