La Audiencia de Palma ha condenado a un empresario de la construcción y a un aparejador a sendas penas de un año y tres meses de prisión y una multa de seis meses a razón de nueve euros diarios por un delito de estafa en concurso con otro de falsificación de certificados por un fraude en las obras de un hotel en el centro de la ciudad a principios de 2012.

El tribunal de la sección primera, además, ha impuesto a ambos el pago de una indemnización de 7.247 euros, si bien la sala destaca que el resto de conceptos que reclamaba la acusación particular deberán ser resueltos por la vía civil. Según se declara probado, uno de los acusados se encargaba de ejecutar las obras para convertir un edificio en un hotel urbano en el centro de Palma. Este se puso de acuerdo con un aparejador para alterar las certificaciones de obra inflando artificialmente el coste final de las facturas presentadas.