El aviso de que un bebé estaba solo atrapado en un inmueble en llamas del barrio palmesano de Son Gibert desató ayer todas las alarmas. Agentes de la Policía Local echaron la puerta abajo y sofocaron el fuego con extintores. Por fortuna no había ningún niño dentro.

Los hechos ocurrieron sobre las siete y media de la tarde en un domicilio situado en un tercer piso situado en el número nueve de la calle Plataners. Al parecer, los residentes no tenían luz eléctrica y habían dejado unas velas encendidas. Los cirios prendieron fuego a unos papeles situados encima de una mesa.

"Vino la hija a mi domicilio a decirme que su casa estaba ardiendo. No sabíamos si estaba el bebé dentro y avisé a los bomberos.", apuntó una vecina del inmueble siniestrado.

Ante la llamada desesperada, la Policía Local activó el código rojo. Efectivos de la Unitat d'Intervenció Immediata (UII) hicieron honor a su nombre y se presentaron en el edificio con celeridad. En vista de que nadie contestaba a su llamada, y ante la posibilidad de que un bebé estuviera solo dentro, echaron la puerta abajo.

Los agentes vaciaron sus extintores en las llamas y suspiraron aliviados al comprobar que no había ningún bebé dentro.

Por su parte, dotaciones de Bombers de Palma se personaron poco después en la vivienda de la calle Plataners. Los servicios de extinción de incendios rociaron con agua el interior para asegurarse de que las llamas no se reavivaran. Acto seguido, ventilaron la vivienda para expulsar el humo acumulado.

Ante el fuerte olor a quemado, los vecinos de la calle Plataners esperaron en la calle a que apagaran el fuego. Algunos residentes se quejaron del peligro que, a su juicio, representaba que se alumbrasen con velas. "No tienen ni agua ni luz y solo se alumbran con velas. Puede volver a pasar cualquier otro día", protestaron.