La 'Operación 14' Operación 14ha destapado innumerables deficiencias sanitarias y timos a los clientes, especialmente a los turistas, que pagaban más caras las bebidas en los bares y restaurantes de Palma controlados por la mafia laboral.

· Tapas 'recicladas'. Según el testimonio de una trabajadora, su encargado les obligaba a reciclar las tapas que los clientes no quisieran. Por ejemplo, si en un plato sobraban croquetas, "allí no se tiraba nada", y se servían a otro comensal.

· Del suelo al plato. "El encargado nos obligaba a aprovechar cualquier producto aunque se hubiera caído al suelo", relató una empleada.

· Camuflaje de sabores. Los cocineros tenían que reutilizar la comida "siempre". Para camuflar el mal sabor de los alimentos pasados, estos se condimentaban con salsas diversas.

· Zumos con frutas estropeadas. Los trabajadores de varios locales donde se servían zumos subrayaron que se usaba fruta "estropeada" y que las bebidas se elaboraban con agua del grifo, en lugar de embotellada. Además, se les añadían grandes cantidades de azúcar para enmascarar el mal sabor.

· Garrafón y alcohol de saldo. Era habitual en los locales de la organización que se rellenaran botellas de vino de marca con caldos de tetrabrik comprados en supermercado mucho más baratos. Los refrescos de cola y las cervezas también se sustituían por productos de peor calidad y precio mucho más bajo. Las botellas de licor se rellenaban jeringuilla en mano con alcohol de garrafón.

· Bichos en la cocina. "Las condiciones sanitarias eran lamentables. En 7 meses solo fumigaron una vez. En la cocina había muchos bichos, no había ventilación y era casi imposible respirar por el calor", se quejó un trabajador.

· Spaguettis de varios días. La pasta, días después de ser cocinada, se pasaba por agua para reblandecerla y servirla. Así, no se desechaba nada. Una vez alimentos descongelados por una avería se volvieron a congelar. Comida con moho se lavaba y se servía, al igual que productos caducados.

· Manos mugrientas. Un trabajador rotaba en varios negocios y trabajaba muchas horas. "Tenía las manos mugrientas como si tuviera lepra", dijo un empleado.