Una inquietante llamada puso en jaque a la Policía el pasado jueves en Palma. "Me han robado el coche. Tienen que encontrarlo pronto porque lleva una bomba dentro", explicó un hombre por teléfono al servicio de emergencias 112. El grupo de Información, un equipo especializado en la lucha contra el terrorismo, contuvo el aliento durante horas hasta que consiguió localizar tanto el vehículo como a su dueño y comprobó que se trataba de una falsa alarma. El hombre, contrariado porque la grúa había retirado el automóvil, decidió vengarse de las autoridades con su aterradora denuncia. Acabó detenido por un delito de desórdenes públicos.

Las alarmas saltaron a las ocho de la tarde del pasado día 29. Un ciudadano llamó al 112 para explicar que a lo largo de la tarde le habían robado el coche en Palma. Según afirmó, era preciso que lo encontraran enseguida porque en el interior había un cargamento de explosivos.

El 112 avisó de inmediato al Cuerpo Nacional de Policía y le facilitó los datos del vehículo sospechoso ofrecidos por el comunicante. En nivel cuatro de alerta antiterrorista en una escala de cinco, en la Jefatura Superior se movilizaron de inmediato, sobre todo el grupo de Información. Comenzó entonces una frenética búsqueda del coche y de su propietario por toda la ciudad que se prolongó durante varias horas.

Los policías empezaron a sospechar que el aviso podía ser falso cuando consiguieron encontrar el vehículo en cuestión. Al solicitar información a la Policía Local, comprobaron que el turismo había sido retirado el jueves a mediodía por la grúa municipal porque estaba indebidamente aparcado en la barriada de Camp Redó.

Sin embargo, no podía descartarse que el aviso fuese cierto, por lo que la Policía Nacional continuó con las gestiones. Estas permitieron averiguar quién era el propietario del coche y dónde vivía. Un grupo de agentes acudió a la vivienda y, de manera discreta, esperó a que llegara.

Cuando el hombre, de 50 años, regresó a casa se topó con el operativo policial. Los funcionarios lo identificaron y lo trasladaron a la Jefatura Superior para interrogarlo. Mientras, los especialistas examinaban el coche para comprobar si había o no una bomba en su interior. La inspección permitió confirmar que se trataba de una falsa alarma.

La Policía imputa al acusado, que el viernes fue puesto a disposición del juzgado de guardia, un delito de desórdenes públicos por la innecesaria movilización de medios que provocó con su llamada. Los investigadores creen que actuó movido por la rabia tras comprobar que su vehículo había sido retirado por la grúa, aunque no descartan que sufra un problema mental.