Tres miembros de la peligrosa banda de paramilitares desmantelada en Palma en febrero de 2013 tras perpetrar presuntamente una decena de atracos en chalés de la isla utilizando técnicas de comando y un fusil del ejército fueron juzgados ayer en Vía Alemania por asaltar un domicilio en s'Arenal de Llucmajor en mayo de 2010. Dos de los sospechosos, vestidos con uniformes de la Policía Local que previamente habían sido robados en el cuartel de Bunyola, supuestamente irrumpieron en la vivienda al grito de "Policía" y se abalanzaron sobre la moradora, a la que empujaron contra la pared y la agarraron con fuerza ordenándole que no hablara. La víctima tuvo tiempo de pedir socorro y alertar a un vecino, por lo que los atracadores se marcharon a toda prisa apoderándose de un teléfono móvil.

La perjudicada dos años después, en abril de 2012, volvió a ser víctima de otro violento robo en la misma vivienda, ubicada en la avenida Miramar, por parte de la organización criminal que previsiblemente será juzgada este próximo mes de febrero en la Audiencia Provincial de Palma en el denominado caso Kraken.

Los tres imputados ayer negaron los hechos ante la sala. El fiscal reclama para cada uno sendas penas de cinco años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación. Entre los encausados se encuentra Carlos T.A., considerado el jefe de la banda, con formación militar y preso desde febrero de 2013. El presunto cabecilla de la organización ayer se negó a responder a las preguntas del fiscal y solo contestó a su abogado. Carlos T.A., que se enfrenta a una petición de condena de 200 años de cárcel por la operación Kraken, recalcó que él no estuvo en el inmueble de s'Arenal de Llucmajor el pasado 4 de mayo de 2010 ni abordó a la moradora.

Sus dos compinches también se desvincularon del asalto. Sin embargo, la víctima identificó al jefe del grupo y a otro sospechoso, porque este último había sido el novio "durante casi diez años" de la hija de su marido. "Era como de nuestra familia, le apreciábamos mucho en casa", apuntó la mujer.

Este joven subrayó que no participó en el robo, si bien reconoció que conocía a la familia perjudicada. El otro acusado negó los cargos e indicó que los efectos que le intervinieron (uniformes militares, grilletes y otras pertenencias) eran artículos de trabajo, ya que dijo ser jefe de seguridad de un emir en Emiratos Árabes y de estrellas de cine y topmodels.

La víctima, muy nerviosa, recordó que fue asaltada 20 minutos después de que su marido se marchara de casa: "Escuché 'Policía', abrí la puerta y me dijeron que me identificara. Fui a la habitación y ellos cerraron la puerta, me pusieron contra la pared y me dijeron que me callara. Eran dos. No me golpearon. Reconocí a Pedro porque se le caía la barba postiza. Sé que es él. Y el otro estuvo en mi casa luego con una escopeta. Desde entonces me da miedo ir por todo. Soy otra mujer". La novia de uno de los acusados dijo que ese día estuvieron los dos juntos en casa todo el tiempo.