Warren L., el británico de 50 años detenido el pasado sábado de madrugada tras matar a su mujer, Lisa Jane L., inglesa de 49, estrangulándola con el cable del cargador de un teléfono móvil en el apartamento en el que hacía unas pocas semanas él residía en Costa de la Calma, en Calvià, ingresó ayer en prisión por orden judicial. El magistrado José Castro, en funciones de guardia, acordó que fuera encarcelado por un delito de homicidio, tras tomarle declaración en la sede de Vía Alemania, en Palma. Se trata del primer crimen de violencia machista en Balears en 2016.

La Guardia Civil ha comprobado que el sospechoso, que llevaba varios años instalado en la isla, cuenta con antecedentes por episodios de violencia de género en su país de origen. La Policía de Londres, ciudad en la que anteriormente él residía, confirmó a los investigadores del Instituto Armado que Warren L. tenía antecedentes por maltrato a su esposa, Lisa Jane L., en el Reino Unido. En cambio, en España, no constan denuncias por este motivo. Además, la familia de la víctima subrayó desde Inglaterra que el matrimonio mantenía una relación muy conflictiva.

El arrestado, que según su versión trabaja vendiendo coches en Mallorca, alegó que la noche del viernes había bebido alcohol y también había consumido drogas. El hombre sostuvo que la muerte de su mujer se produjo durante un juego sexual que se le fue de las manos. Según su tesis, Lisa y él estaban manteniendo una relación sexual consentida y su fallecimiento se desencadenó tras un juego erótico. Warren incluso destacó que quería mucho a su esposa. El día anterior, se negó a declarar ante la Guardia Civil.

Los investigadores de la Policía Judicial de Calvià cuentan con otros datos que apuntan a unos hechos distintos. El supuesto homicida podía estar ebrio, pero fue consciente de lo ocurrido, ya que llamó al 112 a las tres y veinte minutos de la madrugada del sábado para confesar que había matado a su mujer y que lo sentía mucho. Precisamente, la grabación de la conversación con la central de Emergencias resultará una prueba clave en el caso. En ese lapso de tiempo, Warren también realizó otras llamadas telefónicas que serán analizadas. Además, los agentes mantienen que la pareja tenía una relación tormentosa y que incluso el varón se veía en ocasiones en Inglaterra con otra mujer. A estas circunstancias, hay que añadir que en Londres contaba con antecedentes por maltrato. La autopsia preliminar corroboró que la víctima falleció por asfixia por estrangulamiento.

Ayer tarde, Warren L. se mostró cabizbajo y abatido, esposado con las manos a la espalda. Desde el sábado se negó a comer y a beber en los calabozos. La forense le exploró antes de su declaración.