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Tribunales

Confirman 20 años de cárcel por asesinar a su exmujer en Artà

La sala ha desestimado los recursos de apelación y ha ratificado la condena a Joan Bernat Palou

El asesino de Artà, Joan Bernat Palou, durante el juicio con jurado popular en la Audiencia de Palma. j. moranta

El Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears (TSJB) ha confirmado íntegramente la condena de 20 años de prisión para Joan Bernat Palou por asesinar a su exmujer, Margalida Perelló Tous, de 16 cuchilladas en su domicilio en Artà el 1 de febrero de 2013. La sala de lo civil y penal ha desestimado los recursos de apelación interpuestos por la defensa, la acusación particular y la fiscalía y ha ratificado la sentencia de fecha 11 de febrero de 2015, que impuso al sospechoso, de 53 años, la pena mínima por un delito de asesinato con las circunstancias agravantes de ensañamiento y parentesco y la atenuante de reparación del daño. Además, se prohibió al acusado aproximarse y comunicarse con sus hijos y los familiares de la fallecida durante 25 años.

Según se declara probado, el crimen se produjo sobre las nueve de la mañana del 1 de febrero de 2013 cuando el imputado acudió al domicilio de su exmujer, Margalida Perelló Tous, de 50 años, en Artà, provisto de un cuchillo de grandes dimensiones y de un punzón que llevaba guardados en el bolsillo del pantalón. Joan Bernat le propinó varias cuchilladas, cortes y pinchazos en la cabeza, zona clavicular y tórax, así como en las extremidades superiores e inferiores, que llegaron a alcanzar zonas vitales como el corazón y el pulmón llegando a atravesarlo, ocasionándole lesiones viscerales y pérdida sanguínea masiva. Los intentos para salvarle la vida resultaron infructuosos y la víctima falleció horas más tarde en el hospital de Manacor.

El acusado, para llevar a cabo su ataque, se aprovechó de la buena relación que pese a su separación mantenía con su exesposa, la cual le franqueó la puerta de la casa, de modo que esta no podía imaginarse que Joan quisiera hacerle ningún daño. Así, para asegurar que Margalida no pudiera defenderse, la acometió en el mismo rellano de la entrada, de modo súbito e inesperado, con el cuchillo y el punzón que llevaba, por lo que la mujer no llegó a oponer resistencia ni a defenderse, aunque instintivamente levantó un brazo para intentar parar los golpes.

El asesino utilizó un cuchillo y un punzón que por su forma curva en la punta además de pinchar podía desgarrar por dentro los tejidos. Con las dos armas, le propinó varias puñaladas y pinchazos en distintas partes de su cuerpo, en zonas vitales y no vitales. Con tales ataques, el acusado no solo pretendía asegurar la muerte de Margalida, sino aumentar innecesariamente su sufrimiento.

La defensa del acusado, con la intención de reparar el daño causado o reducir sus consecuencias, a instancias de este y antes del juicio presentó un escrito en el juzgado poniendo a disposición de sus hijos la mitad indivisa de dos viviendas copropiedad suya y de la fallecida, así como dio instrucciones a su madre para que ingresase el importe correspondiente de su parte del pago del préstamo que grava una de estas viviendas.

Rechazan los motivos planteados

El TSJB ha rechazado todas las cuestiones planteadas por la defensa en su recurso y ha confirmado que concurren las circunstancias de alevosía y ensañamiento. Así, el ataque fue sorpresivo y el asesino se aprovechó de la buena relación que tenía con la víctima y de que en ese momento se encontraba sola en su casa. No se acreditó que hubiera una discusión previa entre la pareja y la sentencia del jurado abundó en que el crimen fue planeado, ya que Joan Bernat llevaba guardadas dos armas, dejó una nota manuscrita de suicidio y avisó en su trabajo de que llegaría tarde ese día. Además, la sala concluye que también existe prueba de cargo para apreciar el ensañamiento puesto que el acusado usó no solo un arma homicida, un gran cuchillo, sino también otro arma, un punzón, "de gran potencialidad lesiva". El condenado estaba habituado a utilizar ese punzón al ser espartero y conocía perfectamente los daños que éste causaba. Así, la fallecida sufrió 16 heridas, algunas en zonas no vitales como el rostro, por lo que tal cantidad de lesiones fueron más de las necesarias para causar una muerte rápida y sin sufrimiento.

El tribunal también descarta que Joan Bernat tuviera afectadas sus facultades, pese a atravesar por un mal momento. La sala considera "adecuada" la apreciación de la atenuante de reparación del daño porque el imputado puso a disposición de sus hijos su patrimonio y pidió perdón a la familia de la víctima, lo que comprende un aspecto de reparación moral, además del aspecto material. Por último, el TSJB considera correcta la pena individualizada impuesta, que fue la mínima, y que incluso fue razonada por el juez.

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