La fiscalía reclama sendas penas de seis años y cuatro meses de prisión para tres acusados de secuestrar y dar una paliza a un empleado de un salón de juegos de Palma para desvalijar el establecimiento. Los sospechosos, imputados por delitos de detención ilegal, robo con violencia y lesiones, supuestamente intimidaron a la víctima para que les facilitara las llaves y el código de la alarma del local. Sin embargo, el sistema de seguridad saltó en cuanto accedieron y huyeron sin botín. Está previsto que el juicio por estos hechos se celebre el próximo viernes en la Audiencia Provincial.

Según el relato del ministerio público, los procesados -dos españoles y un colombiano de 30, 33 y 35 años- abordaron a la víctima a las tres menos cuarto de la madrugada del 2 de diciembre de 2013 cuando caminaba por la calle 31 de diciembre, en Palma. Sabían que trabajaba en un salón recreativo de la calle Francesc Suau, donde pretendían cometer un robo. Los asaltantes le pusieron un pasamontañas para que no pudiera identificarlos y lo metieron a la fuerza en un coche. Durante el trayecto le propinaron varios golpes en la cabeza y el cuerpo, al tiempo que le pedían tranquilidad y le aseguraban que si cooperaba no sufriría ningún daño.

Los secuestradores llevaron al hombre hasta un colector del torrente de Can Barbarà, donde lo maniataron con bridas y le explicaron sus intenciones. Los hombres le exigieron entonces las llaves del salón de juegos y los códigos para desactivar la alarma, mientras le amenazaban colocándole un objeto punzante en el cuello. La víctima cedió y dos de los delincuentes se marcharon al establecimiento mientras el tercero se quedaba vigilándola.

Los dos intrusos se cubrieron el rostro con capuchas y bufandas para acceder al local. Pudieron abrir la puerta con las llaves entregadas por su rehén, pero no lograron desactivar la alarma y se vieron obligados a marcharse. Regresaron entonces al torrente, donde volvieron a golpear a la víctima mientras la acusaban de haberles engañado con los códigos de seguridad.

Al saltar la alarma, la Policía y el encargado del establecimiento empezaron a llamar al perjudicado para ver qué ocurría. Entonces, los tres secuestradores emprendieron la huida tras cortar las bridas que maniataban a la víctima. Se llevaron su cartera y trataron de utilizar una tarjeta de crédito para sacar dinero en un cajero, pero no lo consiguieron por falta de saldo.

El hombre tuvo que recibir asistencia médica. Presentaba contusiones y erosiones en la cara, las muñecas y las piernas y sufrió además una crisis de ansiedad. Como secuela le ha quedado un trastorno de estrés postraumático, según la fiscalía.

El ministerio público considera que los hechos constituyen un delito de robo con violencia e intimidación en concurso con otro de detención ilegal y, además, otro de lesiones. Por ello reclama penas de seis años y cuatro meses de cárcel para cada uno de los procesados. También solicita que indemnicen a la víctima con 1.255 euros y a los propietarios del salón de juegos con otros 281, ya que fue necesario cambiar dos cerraduras y el código de seguridad de la alarma tras el robo frustrado.

Está previsto que los tres acusados, que fueron detenidos por el grupo de Atracos de la Policía en junio de 2014, sean juzgados el próximo viernes por la sección segunda de la Audiencia Provincial.