Un caso complejo. La Policía Nacional detuvo este jueves al mediodía a un sospechoso por el asesinato de Esperanza F. F., la mujer de 45 años cuyo cadáver fue hallado el pasado miércoles por la mañana quemado y con golpes en la cabeza y la cara después de que pegaran fuego a su casa en es Fortí, en Palma. Se trata de una persona del entorno lejano de la fallecida y los investigadores descartan que sea un caso de violencia de género, si bien las pesquisas se encuentran en una fase inicial. La planta baja en la que residía sola la víctima, ubicada en el número 14 de la calle Port de Cariño, no fue forzada. Pese al desorden que encontraron los investigadores en el inmueble, luego aparecieron joyas y dinero. Los agentes trabajan con la hipótesis de que la fallecida conocía al autor del crimen y que por eso le abrió la puerta de casa entre la noche del martes y la madrugada del miércoles. No obstante, no se descarta ninguna otra línea de investigación, tampoco la del robo, aunque esta última pierde fuerza.

El Grupo de Homicidios se encuentra volcado en las pesquisas. Dos investigadores regresaron el jueves a la escena del crimen y realizaron una detenida inspección ocular que se prolongó durante prácticamente toda la jornada. Equipados con monos de color blanco, mascarillas y linternas, escudriñaron todos los rincones de la vivienda, así como las escaleras y la entrada de la finca. La planta baja se encuentra ennegrecida por el humo acumulado durante el incendio y no dispone de electricidad. Por ello, las puertas y ventanas estaban completamente abiertas mientras trabajaban los policías. Solo el precinto y el fuerte olor a humo que todavía perdura evidenciaban el trágico suceso.

Una de las dificultades que se toparon los agentes fue que la casa estaba revuelta y, además, habían entrado bomberos y policías locales para apagar el fuego, por lo que el escena había sido alterada. Al tratarse de una vivienda antigua, en ella se acumulaban multitud de efectos, libros, cartas y otros objetos, por lo que resultaba aún más complejo examinar las pertenencias de la fallecida en busca de pistas. El pasado miércoles los policías registraron el lugar hasta bien entrada la noche. Y, al día siguiente, a primeras horas, volvieron para reanudar la inspección ocular. Vecinos de es Fortí se acercaron hasta la planta baja de la calle Port de Cariño, como también allegados y familiares de la víctima.

La autopsia confirma el crimen

La autopsia practicada al cadáver de Esperanza F. F. confirmó que se trata de un crimen. El cuerpo sin vida de la mujer presentaba quemaduras, golpes en el rostro y la cabeza con restos de sangre y también marcas en el cuello de haber sido estrangulada. Los investigadores sospechan que primero la mujer fue atacada por su asesino, quien la redujo pegándole una paliza y la asfixió colocándole las manos en el cuello hasta dejarla sin vida. Luego, el autor del crimen incendió la casa adrede para borrar huellas y dificultar las pesquisas del asesinato. Las quemaduras que sufrió la víctima se produjeron ya fallecida.

La dueña y moradora de la planta baja fue descubierta tumbada en el suelo de su habitación, junto a la cama. Llevaba puesto el pijama y su cuerpo se encontraba bajo un somier, que había sido desplazado. Los bomberos se toparon con el cadáver una vez extinguieron el fuego, que afectó especialmente el dormitorio y un colchón. Los especialistas en seguida se percataron de los restos de sangre y les llamó la atención la posición en la que quedó el cuerpo, por lo que ya vieron que podría tratarse de una muerte violenta.

La Policía Científica examinó el escenario del crimen y, tras las primeras pesquisas, tuvo claro que el incendio había sido intencionado. Los golpes que presentaba la mujer, junto a las marcas en el cuello de estrangulamiento, reforzaron la idea del crimen.