La Guardia Civil intervino el pasado miércoles en el puerto de Eivissa 1.800 kilos de comida en mal estado, procedente de Rumanía. Los alimentos eran trasladados en un camión a bordo del ferry procedente de Barcelona, pero el exceso de peso despertó las sospechas. El propietario aseguró que era para sus compatriotas. No obstante, se enfrenta a una multa de 8.000 euros.