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Tribunales

Juzgan a una madre por azotar a su hija de 13 años con una zapatilla en Palma

La fiscalía pidió ayer tres años de cárcel a la progenitora por maltrato habitual a la menor

Una madre fue juzgada ayer en Palma por presuntamente golpear con una zapatilla a su hija de 13 años en varias ocasiones en el domicilio familiar a principios de este año con la intención de corregirla. La progenitora negó de forma tajante ante la juez haber agredido a la menor con la zapatilla y tampoco con una correa. Alegó que se trataba de una adolescente rebelde que se quería ir de casa, había bajado su rendimiento escolar y no obedecía. "Yo la corregía castigándola sin salir con sus amigos. No le pegué", recalcó la imputada. "El problema era que yo no la dejaba salir, no le daba permiso. Ella tenía un novio del instituto mayor que ella, de 15 años, y no me parecía una buena influencia", agregó la mujer. La fiscalía pidió para ella penas que suman tres años de prisión por malos tratos a la menor. La defensa solicitó la libre absolución.

Los hechos enjuiciados que ayer quedaron vistos para sentencia se remontan a los años 2014 y principios de 2015 cuando madre e hija vivían juntas en la misma vivienda. Según la acusación pública, la progenitora presuntamente golpeaba a la menor de 13 años con una zapatilla o bien con una correa en varias ocasiones. El pasado 2 de mayo de 2015 la víctima acudió a las dependencias de la Policía Local de Palma, en compañía de su hermano más pequeño, donde denunció a su madre por maltrato. Un agente recordó ayer que la adolescente estaba alterada y nerviosa: "Llevaba un parte médico de lesiones que no eran graves. Dijo que su madre la había maltratado y que no era la primera vez". Otro policía explicó que la chica dijo que su progenitora le había pegado con una zapatilla. La afectada presentaba hematomas en brazo, antebrazo y muslo que tardaron siete días en curar. La forense dijo que eran compatibles con golpes de zapatilla. La perjudicada ingresó en un centro de acogida donde estuvo dos meses y luego volvió con su madre y su padre, que están separados. Ayer ambos progenitores coincidieron al señalar que la joven mentía, iba mal en sus estudios y desobedecía. La menor no declaró y el padre exculpó a la imputada. "Nunca le vi pegarla". La madre dijo que no la dejaba salir con su novio ni ir sola por la calle.

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