Un juzgado de Palma condenó ayer a un trabajador del cementerio Bon Sosec a una pena de un año de prisión por robar casi 4.000 euros en las oficinas del camposanto a mediados de 2013. El acusado, de 43 años y que ya no trabaja en ese lugar, se aprovechó de la relación de confianza existente toda vez que desempeñaba allí su labor profesional en junio de 2013 y, a sabiendas de que el recinto se hallaba vacío, accedió a las instalaciones y forzó la ventana de una furgoneta propiedad de la empresa funeraria. Así, consiguió hacerse con las llaves del almacén de donde cogió un pico. Con la ayuda de esta herramienta, forzó una puerta corredera de las oficinas del cementerio. Una vez dentro del despacho, se apoderó de 3.800 euros de dos cajas de caudales.

El sospechoso ayer confesó los hechos ante la magistrada del juzgado de lo penal número 1 de Palma. Inicialmente, se enfrentaba a una petición de pena por parte de la fiscalía de tres años de cárcel por un delito de robo con fuerza con la circunstancia agravante de abuso de confianza. El ministerio público rebajó su solicitud a un año y el imputado mostró su conformidad. Ante el reconocimiento de los hechos, la juez dictó sentencia 'in voce' y le impuso un año de prisión por el robo en el camposanto.

Además, la magistrada le condenó a pagar indemnizaciones que suman unos 4.000 euros a la empresa funeraria perjudicada y a la comunidad de propietarios del cementerio Bon Sosec por el importe de lo sustraído y no recuperado, así como a una compañía aseguradora que se hizo cargo de los daños ocasionados.

Los hechos se remontan a principios de junio de 2013. Según la versión de la acusación pública, entre el día 9 de ese mes y las ocho de la mañana del 10, el acusado, con intención de obtener un beneficio económico ilícito y a sabiendas de que el cementerio se encontraría vacío en esos momentos, ya que él trabajaba en el mismo recinto, accedió al camposanto de Bon Sosec, en el término de Marratxí.

Fuerza una furgoneta

Primero, el entonces empleado forzó la ventana izquierda de una furgoneta Fiat Scudo, propiedad de la empresa funeraria, sin causar ningún daño. Allí, se apoderó de las llaves de un almacén de material ya que sabía que se guardaban en dicho vehículo.

Acto seguido, se dirigió al local de donde cogió un pico. A continuación, logró forzar un marco de aluminio de la puerta corredera que daba acceso a las oficinas del cementerio con la ayuda de la herramienta. Una vez entró en las dependencias, robó 2.028 euros de la caja de caudales de la empresa funeraria y otros 1.775 euros de otra caja de caudales de la comunidad de propietarios del cementerio. El hombre se apoderó del dinero porque las llaves de las cajas estaban en la oficina. En su vehículo se hallaron 420 euros.