Un juzgado de Palma condenó ayer a 14 claveleras por formar un grupo criminal para desvalijar a los turistas en el centro de la ciudad. Las acusadas admitieron durante el juicio que a lo largo de casi dos años actuaron de forma coordinada, dividiéndose en grupos y repartiéndose las zonas céntricas para cometer los hurtos, y aceptaron penas de entre tres y seis meses de prisión. Estas confesiones fueron fruto de un acuerdo entre sus abogados y el fiscal, que rebajó su petición inicial de un año de prisión para cada procesada.

Las mujeres reconocieron que entre los años 2011 y 2012 se organizaron para cometer robos y hurtos por el método del clavel, ofreciendo a los turistas una flor o un ramillete de romero a cambio de unas monedas para distraerlos y apropiarse de sus carteras. Todas se reunían a diario en la zona de la catedral de Palma y se dividían en grupos pequeños, habitualmente de tres personas, para repartirse los puntos del centro de la ciudad en los que actuar.

Para cometer los robos se repartían las funciones. Una mujer abordaba a la víctima pidiéndole monedas a cambio de una flor y, tras captar su atención, otra clavelera la distraía y la tercera vigilaba la zona. Así conseguían hacerse con la cartera o el dinero que llevara el turista, tras lo que solían cambiarse de ropa para evitar ser detenidas y marcharse del lugar en taxi.

Los agentes de la comisaría de distrito centro de la Policía Nacional investigaron durante meses las actividades de esta banda, pesquisas que culminaron a finales de noviembre de 2012 con la detención de 20 mujeres por formar parte de esta organización. Nueve de ellas ingresaron en prisión preventiva. Los policías llevaron a cabo registros en los domicilios de varias de las sospechosas, donde se incautaron de casi 17.000 euros y billetes de hasta 17 países diferentes. La fiscalía apuntó en su escrito de conclusiones provisionales que aunque ninguna de las sospechosas tenía trabajo remunerado, realizaban cambios de divisas e ingresos en cuentas bancarias de manera periódica.

Fueron 14 las mujeres contra las que finalmente se abrió juicio oral. El ministerio público les imputó un delito de grupo criminal y reclamó un año de prisión para cada una de ellas. La vista se suspendió en septiembre después de que las sospechosas no alcanzaran un acuerdo con la fiscalía, que ya rebajó su petición a entre cinco y ocho meses de cárcel.

Todas las procesadas salvo una que está ingresada en un hospital comparecieron ayer de nuevo en un juzgado de lo penal de Palma. Las negociaciones entre el fiscal y los abogados defensores sí culminaron esta vez. La acusación rebajó de nuevo su petición inicial y las mujeres aceptaron declararse culpables.

Las catorce claveleras admitieron ante el magistrado los hechos que les imputaba el ministerio público y se declararon autoras del delito de grupo criminal. Todas se conformaron con las penas que reclamaba el fiscal: tres meses de prisión para nueve de ellas y seis meses de reclusión para las otras cinco.

La Policía y los vigilantes de los juzgados de Vía Alemania reforzaron la seguridad a las puertas de la sala donde se celebró la vista ante la afluencia de allegados a las acusadas y el juicio transcurrió sin incidentes.

Cerrada la conformidad, el magistrado dictó sentencia in voce y declaró la firmeza del fallo, pues los letrados confirmaron que no la recurrirán. La Policía Nacional trasladó después a una de las condenadas a prisión, ya que está recluida por su implicación en otros delitos.