El purasangre "Gahi", o "Gordi", como le bautizaron cariñosamente los ovetenses que se empeñaron en salvarle, llegó a estar al borde de la muerte después de que su dueño, que lo tenía en una finca de La Manjoya, en Oviedo, dejase de alimentarlo. El prado donde pastaba se había quedado sin hierba tras las heladas del pasado invierno.

Un ovetense, Jorge Sostres, al ver el deterioro del animal, comenzó a alimentarlo, dándole trozos de pan. Otros vecinos se sumaron a la iniciativa. Al final, terminaron avisando al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que puso fin a la tortura del animal. Fue entregado a la asociación Caballo Astur y logró recuperarse. Ahora, la Fiscalía pide nueve meses de prisión para el dueño del caballo por un delito de maltrato de animal doméstico o amansado. Comparecerá esta mañana ante el Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo.

Según el fiscal, el propietario trasladó el caballo a la finca donde fue encontrado en los últimos meses del año 2014. Allí, "infringiendo gravemente las obligaciones impuestas por la ley, lo dejó abandonado. El acusado se despreocupó totalmente de su cuidado y alimentación, lo que provocó que el animal estuviese sucio, en muy mal estado". Cuando el 9 de enero de 2015 fue visto por un veterinario del Principado de Asturias, éste señaló que se encontraba "caquéctico por falta de alimentación". Al ser imposible localizar al dueño, el Seprona trasladó al animal, tras acordarlo el veterinario, a Caballo Astur.

Aparte de la pena de prisión solicitada para el dueño del animal, el fiscal pide que se le inhabilite para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga que ver con animales durante tres años, así como la inhabilitación especial para el derecho del sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, junto con el pago de las costas procesales. Además, interesa que el acusado indemnice a la Asociación Ecuestre Caballo Astur en la cantidad que se determine por los gastos relativos al cuidado del animal.