Un clan familiar aceptó ayer en la Audiencia de Palma penas que suman 18 años de prisión por intentar matar con una navaja, una catana, un palo y un perro de la raza pitbull a dos hermanos en la terraza de un bar de Son Cladera, en Palma, en marzo de 2014. La brutal agresión se desencadenó por una discusión banal previa y acabó con los dos perjudicados gravemente heridos. Recibieron varias cuchilladas en el abdomen y el tórax y estuvieron a punto de perder la vida de no haber recibido atención médica urgente. Los dos hermanos, de 39 y 44 años, fueron evacuados en estado crítico al hospital de Son Espases, donde permanecieron varios días hasta lograr recuperarse. Uno de ellos incluso sufrió varias mordeduras de perro en sus piernas, además de ser apaleado y apuñalado por el grupo familiar.

Ayer por la mañana, los cuatro procesados alcanzaron un acuerdo con el fiscal. El principal acusado, de 27 años y que permanece preso por otra causa, admitió ser el autor material de las cuchilladas a las dos víctimas. Se conformó con una condena de diez años de cárcel por dos delitos de homicidio en grado de tentativa. También aceptó pagar una indemnización de más de 10.000 euros a los perjudicados por las graves lesiones y secuelas causadas. El joven se enfrentaba inicialmente a casi 20 años de prisión, pero ayer el ministerio público rebajó su solicitud. La fiscalía apreció la circunstancia atenuante de reparación del daño porque los sospechosos ya han adelantado la mitad de las indemnizaciones. Los abogados defensores aportaron un justificante del ingreso bancario en nombre de todos los agresores.

El resto de encausados también reconoció ayer en la vista oral en la sección segunda su participación en la brutal paliza. Una pareja aceptó sendas penas de tres años de cárcel y más de 7.000 euros de indemnización por una tentativa de homicidio. Mientras, su hija, de 21 años, se conformó con dos años de prisión y otros 6.000 euros como cómplice de los hechos.

El tribunal citó a todos ellos para el próximo viernes para notificarles la sentencia condenatoria. La agresión se remonta al pasado 16 de marzo de 2014, sobre las dos del mediodía, cuando el clan familiar se presentó en un bar ubicado en la calle Canonge Antoni Sancho, en el barrio palmesano de Son Cladera. Un par de horas antes, el principal sospechoso había tenido una pequeña trifulca sin importancia con un vecino. El joven relató lo ocurrido a sus familiares, quienes decidieron salir en busca de su oponente armados con una catana, un bastón, una llave inglesa y una navaja de grandes dimensiones de unos 14 centímetros de hoja. Incluso, les acompañaba un perro pitbull.

Según la versión del fiscal, su finalidad era golpearle de forma brutal y sin límite portando objetos de potencial peligrosidad letal. Al llegar al bar de Son Cladera, los agresores sorprendieron a la víctima cuando tomaba café con su hermano en la terraza del local. De forma repentina y sin mediar palabra, el clan se abalanzó sobre el perjudicado, al que asestaron con brutalidad diversos golpes. Una de las mujeres le insultaba y le decía "te vamos a matar". Acto seguido, recibió dos cuchilladas en la zona abdominal y también sufrió mordeduras de perro en ambas piernas.

Debido a la paliza, resultó herido crítico y entonces decidió intervenir su hermano, quien trató de ayudarle. Esta segunda víctima también sufrió dos puñaladas a nivel torácico que le asestó el principal imputado con la navaja que llevaba. Un tercer hermano casualmente entró en el bar en el momento de los hechos y también acudió en auxilio de sus familiares. Entonces, una agresora le asestó por la espalda un golpe con un objeto contundente.

Los dos primeros perjudicados sufrieron gravísimas lesiones que afectaron a órganos vitales y comprometieron sus vidas. Ambos fueron hospitalizados. De no haber recibido asistencia inmediata, hubieran fallecido. Además de las heridas, ambos cuentan son secuelas como varias cicatrices en diversas partes del cuerpo.