Caso Abierto - Diario de Mallorca

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Audiencia

Condenado a dos años por extorsión por una deuda de póker de 240.000 euros

El acusado, de 76 años, intimidó y presionó a la víctima durante más de una década para que le pagara el dinero que le debía desde 1998 El perjudicado tuvo que hipotecar dos viviendas y, ya jubilado, trató de quitarse la vida en el Port d'Andratx

La Audiencia de Palma ha ratificado la condena de dos años de cárcel por extorsión a un septuagenario. M.m.

La Audiencia de Palma ha confirmado íntegramente una sentencia de un juzgado penal de la ciudad que condenó a dos años de cárcel a un septuagenario por extorsión, por presionar e intimidar durante más de una década a otro hombre debido a una deuda de póker de 240.000 euros. El sospechoso reclamó el dinero de forma insistente y bajo amenazas, incluso exhibiendo una pistola en el asiento del copiloto de su coche, para que la víctima pagara los 40 millones de pesetas que le debía desde 1998, tras una cena en un domicilio de Palma en el que se jugaron varias partidas de póker. Al finalizar la timba, el perjudicado suscribió un documento en el que reconocía que debía al imputado esa elevada cantidad.

El afectado se comprometió a pagar en la medida de sus posibilidades y empezó a abonar pequeñas cantidades, pero, ante las continuas presiones del sospechoso que no estaba satisfecho, se vio obligado a hipotecar dos viviendas en 2005 y 2008. Las amenazas de muerte continuaron hasta que, una vez ya jubilado y acuciado por las deudas al no poder hacer frente a todos los pagos que tenía pendientes, trató de quitarse la vida en el Port d'Andratx en enero de 2013. La Policía lo impidió y a partir de ese momento los agentes descubrieron las extorsiones que había venido sufriendo desde hacía más de diez años.

El juzgado de lo penal número 6 de Palma, además de los dos años de prisión, impuso al encausado, de 76 años y que cuenta con otra sentencia anterior también por extorsión, una indemnización de 5.000 euros por el daño moral causado. El tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial ha ratificado el fallo.

Según se declara probado, alrededor de 1998 la víctima acudió a una cena en una casa particular en Palma, junto con varias personas, entre ellas el acusado. Después de la comida, se jugaron varias partidas de póker sin mediar dinero, pero anotándose las apuestas. Así, al finalizar el juego, el perjudicado reconoció en un documento que adeudaba al imputado 40 millones de pesetas.

Unos años después, el sospechoso se interesó por la devolución de ese dinero. El afectado empezó pagando pequeñas cantidades, pero el septuagenario insatisfecho decidió presionarle y amenazarle con contar lo ocurrido a su mujer y a sus compañeros de trabajo. De esta manera, se presentaba en el almacén agrícola donde la víctima trabajaba para recoger dinero y, si no lo obtenía, le amedrentaba. En otras ocasiones acudía a la nave con una pistola que dejaba en el asiento del copiloto a modo de exhibición y, cuando no recibía dinero, otras veces le exigía que le diera patatas, aceite, naranjas o huevos.

Como no cesaba la presión, el perjudicado tuvo que suscribir un préstamo hipotecario en agosto de 2005 por un importe de 63.000 euros sobre una vivienda inscrita a su nombre en Vélez- Málaga. Gran parte de esa cantidad fue a parar al encausado, mientras que la víctima tenía que hacer frente al pago de las cuotas mensuales por el préstamo.

A finales de 2008 la deuda todavía no estaba saldada. Por ello, el sospechoso y otras dos personas contactaron con el afectado en Andratx. Según la sentencia, el acusado le dijo que si no pagaba la deuda, lo mataría. Luego rectificó y dijo que mataría a su esposa. Acto seguido, un acompañante agregó "no, mejor le quitaremos los ojos" y así sufrirá de por vida.

El perjudicado, temeroso, el 10 de diciembre de 2008 reconoció ante notario deber al imputado 120.000 euros por "relaciones comerciales". Entonces, se fijaron unas cuotas mensuales de pago y se constituyó otra hipoteca sobre el domicilio familiar de la víctima en Andratx. La situación económica se le hizo insostenible y el 22 de enero de 2013 se dirigió a la urbanización Monport del Port d'Andratx donde trató de suicidarse conectando una goma al tubo de escape de un coche. La policía lo evitó y poco después averiguó los hechos sufridos por el jubilado.

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