Marcar los restos mortales de una persona, tratar de identificarlo por medio de las huellas dactilares o radiografías dentales y extrayendo el ADN y cotejarlos con el material genético y los datos que puedan aportar los familiares de las víctimas. Estas son las pautas que han de seguirse rápidamente para desvelar con celeridad y garantías la identidad de los fallecidos en accidentes múltiples.
El polideportivo Sant Ferran de Palma acogió ayer un simulacro de accidente con víctimas múltiples organizado por el Instituto de Medicina Legal de Balears. El curso contó con la colaboración de efectivos de la Policía Científica de la Policía Nacional o el Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil venidos expresamente desde Madrid para participar en esta demostración.
De hecho, tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional desplazaron a Palma sus respectivos camiones, con un laboratorio instalado en el interior, para agilizar las identificaciones en las catástrofes.
Decenas de maniquíes desmembrados esparcidos por el suelo recreaban ayer una masacre indeterminada en el polideportivo Sant Ferran de Palma. El Equipo de Identificación de la Guardia Civil y sus homólogos de la Policía Científica se encargaban de reconstruir estrictamente los pasos y el protocolo de actuación al toparse de golpe con un importante número de cadáveres.
"El objetivo es lograr una completa identificación de la víctima en cuestión de horas. Para poder entregarle en el menor tiempo posible los restos mortales de sus seres queridos a la familia", explicó ayer Consuelo Pérez Luengo, directora del Instituto de Medicina Legal de Balears y organizadora del curso.
Una veintena de médicos forenses de Mallorca, Menorca y Eivissa tomaron parte en el simulacro de accidente con numerosas víctimas.
El jefe de coordinación operativa de la Unidad Central de Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía, el comisario Antonio del Amo, definió como un trabajo "meticuloso y laborioso". El mando policial destacó la importancia de las pruebas dactiloscópicas y odontológicas para agilizar las identificaciones.
Por su parte, el subteniente Vicente Lago del Equipo de Identificación del Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil resaltó la movilidad de los efectivos para identificar a las víctimas de una catástrofe allí donde se les requiere. "Nos desplazamos a Afganistán cuando hubo un accidente de helicóptero con 17 fallecidos. Se resolvió gracias a la dactilografía y las pruebas odontológicas", evocó. Estos especialistas también acudieron a Los Alpes para identificar a las víctimas del siniestro de Germanwings o hace unos años actuaron en el accidente de Spanair. Su última intervención ocurrió en Los Llanos, cuando hubo 11 fallecidos.
El laboratorio móvil es una de sus principales herramientas. Una serie de dedos congelados de cadáveres sin identificar viajan en este autobús. Sus huellas y su ADN se cotejan siempre que sea necesario.
