El jurado lo tuvo claro y fue rápido. Tras unas pocas horas de deliberación, ayer tarde emitió su veredicto de culpabilidad en la Audiencia de Palma. El tribunal popular declaró culpable de un delito de homicidio por ocho votos a uno a Jan W., el ciudadano polaco de 57 años acusado de matar a golpes a un indigente en un asentamiento de chabolas en el barrio de El Amanecer en julio de 2014. Además, apreció la circunstancia atenuante de embriaguez al considerar que el imputado tenía sus facultades levemente disminuidas por la previa ingesta de bebidas alcohólicas.

El fiscal Nicolás Pérez-Serrano de Ramón reclamó para el homicida una condena de 12 años de prisión y una indemnización de 120.000 euros para los herederos del fallecido. Mientras, el letrado defensor Fernando Mateas pidió una pena de diez años de cárcel y la responsabilidad civil que considere la presidenta del tribunal.

Jan W., un 'gigante' de casi dos metros de altura y 130 kilos de peso, se mostró ayer tarde cabizbajo. En el turno de la última palabra, no quiso decir nada. Guardó silencio ante la sala.

El jurado se mostró en contra de la suspensión de la pena y su sustitución. Siete de sus miembros rechazaron la posibilidad de la concesión del indulto, mientras que dos integrantes fueron favorables.

El tribunal popular encontró ayer al acusado culpable de causar la muerte de forma intencionada o bien de preverla a su compatriota, Andrzej Franciszek Fida, al que golpeó de forma reiterada en una infravivienda situada en la calle Pere Caffaro de Palma la noche del 11 de julio de 2014.

El jurado ha tenido muy en cuenta la declaración de los testigos que residían en el asentamiento, un antiguo club de petaca de la ciudad, y también el informe de los forenses. Según su veredicto, el homicida, Jan W., pegó repetidamente a la víctima, incluso estando en el suelo, siguió agrediéndola y le negó la posibilidad de auxilio. Además, se aprovechó del estado cognitivo en el que se hallaba el perjudicado, que se encontraba muy bebido. Según concluyeron, sin la acción humana, la arteria de la víctima no se hubiera desgarrado.