Un incendio que se produjo ayer sobre las ocho y media de la mañana destruyó por completo la caravana en la que vivía Joan Marí Ferrer, en Cala Martina (Eivissa). La roulotte estaba situada justo detrás del restaurante donde Marí Ferrer trabajaba como cocinero. Cuando prendió el vehículo, el fuego y el humo causaron una gran alarma en la zona y varias personas, entre ellas el dueño del restaurante, Josep Ferrer Ferrer, y su hijo Josep Antoni se acercaron al lugar.

"Estuvimos intentado apagar las llamas pero era imposible, no había forma y hasta que no vinieron los bomberos no se logró sofocar el incendio", recordó este último unas cuatro horas después del suceso. En ese momento aún no estaban seguros si dentro de la caravana estaba Marí Ferrer. "Le llamábamos al móvil y no contestaba, así que nos temíamos lo peor", recordó.

El fuego destruyó el vehículo por completo y el cadáver estaba irreconocible. Si bien todo apunta a que el fallecido es el morador de la caravana, la autopsia, que está previsto que se lleve a cabo en las próximas horas, confirmará la identidad de la víctima.

Por el momento se desconocen las causas que originaron el incendio. De la investigación del caso se ha hecho cargo la Policía Judicial, cuyos agentes acudieron a recoger información al lugar en el que estaba instalada la roulotte y esperan el resultado de los análisis de los especialistas.

Por su parte, el propietario del restaurante manifestó que el fuego podría haberse originado por un cigarrillo ["siempre se lo dejaba encendido", dijo el hombre] o por "un fallo eléctrico", señaló por su parte el hijo del dueño.

Ferrer Ferrer dijo también que la víctima acababa de terminar de trabajar en el restaurante y que esa misma mañana tenía previsto acudir a las oficinas del SOIB para solicitar la prestación por desempleo. Marí Ferrer llevaba cerca de ocho años trabajando en el restaurante, según su propietario.

"Yo le dejaba la caravana gratis, y vivía solo, aunque tenía una amiga que a veces estaba con él", dijo Ferrer Ferrer. Al parecer, en el momento del incendio Marí Ferrer estaba solo dentro del vehículo. "Me pidió que le dejara vivir en la caravana porque, aunque él tenía un piso en Sant Joan, se lo temía alquilado a una mujer", añadió el responsable del restaurante. "En el restaurante estaba como en familia, llevaba años con nosotros y aquí vivía y dormía", resumió. El fuego comenzó sobre las ocho y media, según Ferrer Ferrer y su hijo. Una gran columna de llamas y humo despertó a los vecinos de la zona, que avisaron a los responsables del local y los bomberos. Cinco bomberos se desplazaron a Cala Martina en dos vehículos, incluido el jefe del parque, Miguel Sevilla.

La distancia entre la caravana y el restaurante es de unos diez metros. Entre medias hay varios contenedores de basura que no resultaron afectados por el fuego.

Una vez sofocadas las llamas, varios agentes de la Guardia Civil acordonaron la zona e impidieron el paso a todo el mundo con el fin de preservar intactos los restos calcinados de la caravana y los enseres que había dentro.