La fiscalía reclamó ayer una condena de cinco años de prisión para un acusado de un delito de robo con violencia por apoderarse de cuatro paquetes de pañales en un supermercado de Palma y luego darse a la fuga en un coche en diciembre de 2012. Dos empleadas del establecimiento persiguieron al ladrón, que actuó con la ayuda de dos compinches, y consiguieron darle alcance. Una de las trabajadoras fue agredida en una mano cuando intentaba quitar la llave del contacto del vehículo para evitar su huida. Mientras, la otra mujer consiguió destapar la matrícula, que previamente habían ocultado.

El conductor del automóvil, un español que iba al volante de un Opel Corsa en la tarde del 17 de diciembre de 2012, fue juzgado ayer también en Palma y se conformó con los hechos. El joven imputado aceptó una pena de dos años de cárcel por el violento robo, después de que la fiscal rebajara su solicitud inicial de cinco años al tener en cuenta que el sospechoso colaboró desde el principio en el esclarecimiento del caso confesando su participación e identificando al resto de implicados. Mientras tanto, el principal acusado, un ciudadano rumano, al parecer un asiduo de los hurtos en comercios de la ciudad, según dos testigos, se enfrenta a cinco años de cárcel por el robo de cuatro paquetes de pañales.

Su abogado defensor solicitó ayer la libre absolución al alegar que actuó bajo los efectos de las drogas y en una situación de necesidad, ya que la mercancía de la que se apoderó, valorada en casi 100 euros, se trata de un producto de primera necesidad. De forma alternativa, el letrado pidió dos años de cárcel, la misma pena que aceptó su compinche.

Los hechos ocurrieron sobre las siete y media de la tarde del 17 de diciembre de 2012 en un supermercado Eroski de la calle Manuel Azaña, en Palma, cuando uno de los sospechosos se introdujo en el local y robó cuatro paquetes de pañales, cuyo precio era de 99,8 euros, mientras una mujer vigilaba en el exterior. El ladrón salió del establecimiento y se introdujo en un coche que le estaba esperando para huir a toda prisa. Dos empleadas salieron tras ellos y una resultó herida en una mano al ser golpeada cuando trataba de quitar la llave del contacto del vehículo. La otra trabajadora consiguió descubrir la matrícula, que estaba tapada, y facilitó los datos a la Policía. Un agente recordó ayer que averiguaron que el vehículo figuraba a nombre de la madre de uno de los sospechosos.