La Audiencia Provincial de Palma juzgó ayer a un padre por poner películas pornográficas y agredir sexualmente a su hija de cuatro años a lo largo de 2009 en un domicilio de un núcleo turístico de Calvià.

El progenitor procesado, de 48 años, negó los cargos ante el tribunal de la sección segunda. El hombre rechazó de forma tajante haber abusado de la niña, así como haberle exhibido películas de contenido pornográfico aprovechando los momentos en los que ambos se quedaban a solas en la vivienda. Por ello, su abogado defensor solicitó para él la libre absolución.

En cambio, los técnicos que exploraron a la menor y que siguieron su caso se ratificaron en sus informes y confirmaron sus conclusiones que apuntaban a un caso de abuso infantil.

El fiscal elevó a definitivas sus conclusiones en el tramo final de la vista oral. Así, el ministerio público mantuvo su petición de condena de nueve años de prisión para el sospechoso. La acusación pública consideró al progenitor autor responsable de un delito de agresión sexual cometido con intimidación sobre persona vulnerable por razón de edad, existiendo relación de parentesco, por el que solicitó ocho años de cárcel, y también autor de un delito de exhibición de material pornográfico, por el que reclamó un año más.

Además, el fiscal mantuvo su petición de indemnización de 12.000 euros para la víctima por los daños morales ocasionados.

El juicio contra el padre sospechoso, que se inició sobre las diez y media de la mañana de ayer, quedó visto para sentencia horas después, al mediodía.

La vista oral se celebró a puerta cerrada, como había propuesto el ministerio público, atendiendo a la naturaleza del delito y a la especial vulnerabilidad de la víctima, una niña de corta edad que en el momento de los hechos contaba cuatro años. El abogado defensor no se opuso a que el juicio fuera a puerta cerrada, pero, a diferencia de la acusación, que pidió que la perjudicada declarara a través de videconferencia, interesó que la menor compareciera en la sala.

Según la versión de la fiscalía, los hechos enjuiciados se remontan al año 2009 cuando el progenitor presuntamente aprovechaba las ocasiones en las que se hallaba a solas con su hija, que en aquellas fechas tenía cuatro años, en un domicilio situado en un núcleo turístico en el término de Calvià y allí presuntamente le mostraba películas pornográficas varias veces. Incluso, llegó a golpear a la niña si se oponía a contemplar los filmes, según la acusación pública. En una de estas ocasiones, el padre supuestamente obligó a la menor a que le tocara sus genitales, primero con una mano, luego con un pie y finalmente con una cuchara, cosa que él negó. También la habría intimidado diciendo "te parto los dientes" o "te mataré si lo cuentas".