El acusado de matar a su sobrino de tres disparos en la localidad ibicenca de Sant Josep, declarado culpable por el tribunal del jurado, mantenía un comportamiento diametralmente opuesto. En determinados momentos de su declaración entrecortada, la interrumpía con sollozos. Se lamentaba por tener que ir a la cárcel y dejar solos a sus hijos. En cambio, José R.R. se comportaba de manera fria e impertérrita en cuanto le mostraban las fotos del cadáver. Para los familiares de la víctima, las lágrimas del procesado eran solo una argucia para tratar de ablandar a los componentes del tribunal del jurado a la hora de dictar su veredicto. Su ardid no surtió el menor efecto y los miembros del jurado consideraron que había cometido un delito de asesinato.
Un jurado de récord
El juicio con jurado contra José R.R. en la Audiencia de Palma bien podría ingresar en el libro Guinness de los récords. No se recuerda un juicio por este procedimiento que se haya resuelto con tanta celeridad. En apenas dos días, los miembros del tribunal popular habían emitido un veredicto de culpabilidad de un delito de asesinato para el encausado y había quedado visto para sentencia. Una vez constituido, en las sesiones del miércoles y el jueves declaró el acusado, los testigos y los peritos. Las partes elevaron a definitivas sus conclusiones y se les mostró a los miembros del jurado el objeto del veredicto. El jueves por la tarde, el tribunal popular ya había adoptado una resolución condenatoria.
Peligrosa picadura
La Policía Nacional intervino el pasado martes en un curioso incidente en Palma. Una mujer conducía a primera hora de la mañana por la calle Francesc Sancho cuando sufrió la picadura de una avispa. La afectada detuvo el vehículo para evitar sufrir un accidente y alertó a los servicios de emergencias. Al lugar acudió una patrulla policial y una ambulancia, que trasladó a la mujer a Son Espases.
Cuerda de presos blindada
Un impresionante despliegue de la Guardia Civil se dio el jueves en la carretera de Sóller. Furgones, motoristas y un autobús del Instituto Armado se encontraban movilizados. La alarma empezó a cundir entre los automovilistas y transeúntes que acertaron a pasar por el lugar, al toparse con esta gran cantidad de agentes y vehículos apostados en las rotondas y en el acceso a la Vía de Cintura en sentido al aeropuerto. El motivo era un importante traslado de reclusos a la Península desde el Centro Penitenciario de Palma. Los agentes velaron para que su conducción a Son Sant Joan se produjera sin incidentes.
Atasco ciclista
Otro importante despliegue de agentes de la Guardia Civil tuvo lugar el pasado lunes en las inmediaciones del polígono son Oms, aunque por motivos bien distintos. Los efectivos pertenecían a la Agrupación de Tráfico del Instituto Armado y su misión era que la celebración de una prueba ciclista transcurriera sin incidentes y que ningún automóvil se adentrara en el camino de las bicicletas. Los agentes controlaban sobre todo las rotondas de acceso entre las diez y las 11 de la mañana. Lo que resultó especialmente llamativo es que dicha prueba se celebrara en un día laborable en lugar de un domingo, como suele ser habitual.
Una plantación muy cuidada
Los juzgados de Vía Alemania acogieron un juicio contra tres hombres que tenían dos imponentes plantaciones de marihuana por un presunto delito contra la salud pública. Pese a que el número de plantas no era especialmente elevado, constaban de 141 y 27 vegetales cada una, si era muy significativo las dimensiones que habían cobrado los ejemplares de cannabis sativa. El testimonio de un guardia civil que acudió a desmantelar la plantación si fue sobradamente revelador. "En mis 20 años de profesión no he visto nunca unas plantas tan grandes y tan bien cuidadas", reconoció con innegable admiración hacia las dotes para el cultivo de los acusados. Eso sí, el agente también desmontó la excusa que habían utilizado los acusados. "No recuerdo que hubiese tomates ni pimientos", subrayó.
Una barbacoa callejera
Los agentes de la Policía Local de Palma recibieron el pasado fin de semana una insólita denuncia. Una barbacoa se estaba celebrando sin el menor reparo en mitad de la calle Infant Pagà de Palma. La ausencia de tráfico no justificaba en absoluto la torrada, terminantemente prohibida. Los agentes acudieron rápidamente a instar a los comensales a que se retiraran y a que buscaran un lugar más acondicionado para celebrarla.
La treta inútil del tironero
Un ladrón robó un bolso de un tirón a una mujer en la calle Posada del Lluc y un joven fue tras él. El delincuente arrojó objetos del interior para intentar despistar a su perseguidor. No lo consiguió. El testigo llamó a gritos a la Policía y un agente de la Policía Local que vigilaba los accesos a un colegio le interceptó y le detuvo.
Sin ocupantes en un coche siniestrado
Un coche protagonizó un aparatoso accidente cuando circulaba por la autovía del Llevant en sentido Palma. El vehículo quedó empotrado, sin embargo, sus jóvenes ocupantes echaron a correr y dejaron al turismo con las puertas abiertas. Hasta tres ambulancias se personaron en el lugar para atender a los supuestos heridos en la colisión. Los facultativos no hallaron a nadie.
