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Un centro con 46 plazas que acoge a 60 internos

La consellera admite que "algo falló", pero insiste en que hay que esperar a que culmine la investigación

Fina Santiago.

“Algo falló, pero es necesario esperar a la investigación policial y judicial para determinar qué fue”, manifestó ayer la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago. “Aunque se cumple la normativa, hay cosas mejorables”.

Santiago admitió que el centro de reclusión de menores está saturado. Tiene una capacidad para 46 plazas, pero en la actualidad hay entre 60 y 62 menores internos.

Respecto a por qué había materiales inflamables en la habitación, Santiago ha aseverado que “no hay una normativa estatal que lo regule” y que se trabaja “en base al sentido común”. En este sentido, añadió que “ya se habían encargado colchones ignífugos y que se está en proceso de sustituir completamente los que no lo son”.

En otro sentido, la consellera reconoció que “hubo un incidente”entre las fuerzas de la autoridad y el centro porque, “como es habitual no les dejaron entrar con armas”.

“Al final, el subdirector cedió y les dejó entrar”, añadió Santiago, que añadió que esto no retrasó la asistencia al menor porque “la ambulancia y los Bomberos entraron sin ningún tipo de retención y porque, cuando estos llegaron, el menor ya se encontraba fuera de la habitación en llamas en estado crítico. Pero cuando llegó la Guardia Civil, el menor ya estaba muerto”.

Santiago dijo que las causas del incendio aún se desconocían y que se está llevando a cabo una investigación judicial, por lo que el Govern, “a no ser que considere sus conclusiones erróneas”, no iniciará una investigación administrativa.

“No sabemos si los detectores de humo funcionaron”, reconoció. “Esto es objeto de la investigación. Se está estudiando dónde estuvo el problema y si aun cumpliendo la normativa hay situaciones mejorables”.

“Ahora buscar culpables es un poco atrevido ya que hay que dar tiempo a la investigación”, agregó.

Sobre la causa del fuego, ha remarcado que aunque "hay controles y se debe pasar un escáner, algunos menores fabrican sus propias cerillas, se podría haber ocultado un mechero e, incluso, se han dado casos en que se han modificado cables para poder hacer chispas”.

“Está prohibido fumar y por eso muchas veces los menores desconectan las alarmas, cuyo estado se revisa cada seis meses”, añadió la consellera.

Santiago ensalzó también la actuación de los trabajadores “más allá de lo razonable” ya que, poniendo en riesgo su vida, “no pararon hasta sacar al menor de la habitación”.

Santiago señaló que uno de ellos ha estado ingresado en el Hospital Universitario de Son Espases “por inhalación de humos, a otro se le quemaron las zapatillas por completo, excepto las suelas, y a otro lo sacaron semiinconsciente de la habitación”.

Los trabajadores que vivieron más de cerca el suceso declararon ayer en calidad de testigo ante la Guardia Civil de Llucmajor.

Por otra parte, Santiago ha avanzado que entre las mejoras que la Conselleria baraja ya se ha pedido presupuesto para un "espacio de contención (lugar en el que un joven en situación crítica puede estar para relajarse)" y que se está trabajando para cambiar materiales y en cómo llevar a cabo la ampliación de plazas.

Sobre esto último dijo que hay tres opciones: “La construcción de otro centro en Son Tous, la ampliación de es Pinaret recuperando la parte que ahora está destinada a Función Pública o ampliar el centro en un solar anexo que pertenece al Govern”.

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