La celebración del Día de la Policía, el pasado lunes, permitió ver nuevas caras entre las autoridades, surgidas tras las últimas elecciones. La más destacada era la de Francina Armengol, una de las protagonistas, que aparentaba andar un poco perdida en medio de la estricta ceremonia. Y eso que contó con un cicerone excepcional. El jefe superior de Balears, el comisario Antonio Jarabo, no se separó de ella y le apuntaba discretamente dónde debía ponerse, cómo poner las medallas... En su calidad de presidenta de Balears, Armengol se encontró a su llegada al recinto de La Misericòrdia con un batallón de policías que esperaba en posición de firmes a que les pasara revista. La presidenta lo hizo con una expresión divertida, que apenas pudo contener durante la ceremonia. Y menos aún cuando un oficial se dirigió a ella y exclamó:
-¡Señora presidenta! ¿Concede usted su permiso para romper filas?
-¡Permiso concedido!-, respondió, tratando de imitar el aire marcial, aunque un poco traicionada por una amplia sonrisa.
La delegada, en precampaña
Muy distinta fue la actitud de Teresa Palmer. La representante del Gobierno en las islas es ya toda una veterana en esta clase de actos, y se movía como pez en el agua en la ceremonia. Tanto que, durante su discurso, se permitió algún guiño partidista -no en vano estamos ya en precampaña- un poco fuera de lugar en un acto tan protocolario. Tras enumerar los méritos realizados por la Policía a lo largo del año, no dudó en elogiar el papel de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana para ayudar al trabajo policial. Palmer llegó a decir que los únicos que pueden estar en contra de esta ley son los delincuentes. Pero obviaba que la ley se aprobó con una gran contestación social y con todos los grupos parlamentarios, a excepción del PP, en contra. ¿Significa que todos los que no votan al PP son delincuentes?
Distintivo rojo
Mención especial para el agente José Mota, que permanece todavía convaleciente tras ser agredido por un preso en la sala de detenidos del hospital de Son Espases en agosto; para el comisario Toni Cerdá, responsable durante la última década de la Brigada de Policía Judicial; y para Luis Esteban Lezaún, jefe de la comisaría de Manacor. Todos ellos fueron condecorados con la cruz del mérito policial con distintivo rojo, la más alta distinción de la Policía.
Exdelegados juntos
El acto todavía dejó alguna escena curiosa, como dos ilustres exdelegados del Gobierno, Ramón Socías y José María Rodríguez, sentados juntos. Y notables ausencias, como la del ex director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, considerado en su día uno de los mallorquines más poderosos de España.
Fiesta de la Guardia Civil
La situación se repitió ayer, casi con los mismos protagonistas, en la conmemoración de la patrona de la Guardia Civil en la Comandancia de Palma. De nuevo el acto comenzó con la revista a las tropas por parte de la presidenta balear, aunque en esta ocasión Armengol, muy elegante con un traje de corte griego, mantuvo una actitud más solemne. Fue el bautismo de fuego para la presidenta del Parlament, Xelo Huertas, que participó en la imposición de medallas como si lo hubiera hecho toda la vida. En este caso fue el coronel jefe de Balears, Jaime Barceló, quien se encargó de guiar a las autoridades profanas en sus cometidos.
Una pareja de medalla
Durante la ceremonia de imposición de medallas hubo alguna que otra curiosidad, como el hecho de que entre los galardonados se encontrara un matrimonio. El sargento Marines fue condecorado por su participación en la "operación Kraken", que acabó con la carrera criminal de una peligrosa banda de atracadores paramilitares, y poco después fue galardonada su mujer, Cristina. Ella había solicitado que fuera su marido quien le impusiera la medalla, por lo que la presidenta Armengol tuvo que cederle un momento el sitio.
Doble galardón
Y otro de los condecorados fue el comisario Cerdà, que pocos días antes había sido galardonado en la fiesta de la Policía Nacional. Parece que, cuando faltan pocos meses para retirarse, las instituciones se apresuran a reconocer sus décadas de dedicación. Desde aquí nuestra enhorabuena a todos los galardonados.
Luto en los Bombers de Palma
Los Bombers de Palma están de luto por la muerte, el pasado domingo, de uno de sus miembros más veteranos, el suboficial Joan Sastre, de 58 años. Sastre llevaba más de tres décadas en el cuerpo y varios meses luchando contra una grave enfermedad.
Gran Exhibición
Un centenar de personas acudieron el pasado fin de semana a la clase magistral que 'Primo', el vigilante de los juzgados, el abogado Vicente Campaner y otros expertos en artes marciales ofrecieron en el polideportivo de Alcúdia. Todo un éxito de participación.
