Un hombre aceptó ayer dos años de prisión por abusar sexualmente de su hija, de once, en Andratx. El acusado fue sorprendido por su mujer, la madre de la menor, cuando cometió los hechos y se dirigió a la Guardia Civil para confesar. Ayer admitió su culpabilidad durante el juicio en la Audiencia Provincial y se conformó con la pena solicitada por la fiscalía, que rebajó su petición inicial de cuatro años de cárcel y apreció la atenuante muy cualificada de confesión.

El procesado, condenado así por un delito de abusos sexuales, será sometido a cinco años de libertad vigilada, inhabilitado durante tres años y tres meses para ejercer la patria potestad y no podrá acercarse ni comunicarse con su hija durante un lustro. Además, deberá satisfacer una pensión alimenticia de 400 euros mensuales hasta que alcance la mayoría de edad, de acuerdo con la sentencia dictada ayer 'in voce' por el tribunal de la sección primera.

Los hechos ocurrieron el 18 de septiembre de 2013 en el domicilio familiar, en Andratx. El acusado, de 34 años, entró hacia la una de la madrugada en el dormitorio de su hija, que tenía entonces once. El padre cerró la puerta y con animo libidinoso y lascivo cogió a la pequeña por la cintura, le bajó la ropa interior y sometió a la niña a tocamientos en los pechos y los muslos. Acto seguido, se bajó los pantalones y se colocó sobre la víctima mientras rozaba sus genitales con los de la niña.

La escena fue descubierta por su mujer, que entró en el cuarto en ese momento. El hombre se presentó voluntariamente en la Comandancia de la Guardia Civil de Palma tres días después y fue detenido tras explicar lo ocurrido. El juez de guardia le dejó después en libertad.

El procesado compareció ayer en la Audiencia Provincial para ser juzgado por estos hechos. La fiscalía solicitaba inicialmente cuatro años de cárcel para él por un delito abusos sexuales a menor de 13 años, pero rebajó su petición a la mitad tras alcanzar un acuerdo de conformidad con el abogado defensor. El ministerio público ha tenido en cuenta que cuando el hombre se autodenunció no se había iniciado todavía ningún procedimiento policial ni judicial contra él, por lo que considera que concurre la circunstancia atenuante muy cualificada de confesión.

El acusado, que carecía de antecedentes penales, se mostró conforme con la pena solicitada por la fiscalía. El tribunal declaró entonces la firmeza de la sentencia.